jueves, 12 de octubre de 2017

MARATÓN DE BERLÍN'17 - Loydi is back !!

Que tal amigos !!!

Aquí está mi entrada del Maratón de Berlín… alguno me habéis dado un toque por privado reclamándola , pero ya sabéis que desde hace unos meses el tema laboral está absorbiendo más tiempo, y el espacio libre para estas cosas, cada vez es un bien más preciado. Y al entreno no se lo voy a quitar, eso es sagrado!! ;-)).

Pues si amigos, si recordáis de mi última entrada previa a Berlín, esta preparación ha sido un poco “atípica”, pues partía de un parón en seco de algo más de un mes por lesión, del cual, como decía en aquella ocasión, gracias a los cuidados de Ester en casa, las pautas de la traumatóloga y los cuidados de mi fisio, nos plantamos en disposición de afrontar 10 semanas específicas para Berlín.
Ya conocéis de mi anterior entrada también como afronté esas 10 semanas, no os voy a aburrir más con ello, está escrito en dicha entrada.

Precisamente por todo ello, correr este Maratón era un “regalo” al venir de los errores deportivos que veníamos y que me llevaron a la lesión, y más regalo aún si el mismo, es uno de los 6 World Marathon Majors, y más aún, si el mismo tiene lugar en la que sin duda, es mi ciudad europea preferida, Berlín.


Por ello, al ser un “regalo” y al plantarme en principio sin objetivo alguno por todo lo sucedido, decidí durante la preparación que este era el Maratón para probar a introducir varias cosas nuevas que quiero compartir con vosotros.
Ya sabéis que este es un blog en el que más allá de compartir mis experiencias deportivas, si puedo ayudar en algo con todo lo “accesorio”… pues bienvenido sea. A destacar:

-       He modificado la alimentación en la semana previa a la maratón.
Normalmente practicaba una dieta disociada en la que hasta prácticamente el jueves por la noche no tocaba los hidratos de carbono, para, a partir de esa fecha, cargar fuerte de hidratos de carbono para la carrera.
En esta ocasión, de la lectura de varias teorías, decidí aplicar un nuevo método.
Lunes y Martes, dieta rica en frutas y verduras, sin apenas proteína, pero si con algo pan en el desayuno y la comida, del cual prescindía en el anterior método.
Miércoles y jueves, dieta rica en proteínas, sin prescindir del pan del desayuno y la comida.
Viernes y sábado. Entra el placer de los hidratos de carbono, volviendo, en mi caso, a priorizar por el arroz, en el cual, sigo certificando que, personalmente, es lo que mejor me va.
El resultado… No he estado tan fundido por falta de “punch” durante la semana previa al maratón hasta que entraba la carga de hidratos de carbono. En carrera, luego todo fue bien también.

-       He prescindido de las medias de compresión para el Maratón.
Ya en las dos últimas maratones noté que más que beneficio, lo que me dieron fue calor, por lo que en esta preparación, prescindí durante todas las tiradas largas de ellas, y así me planté en la línea de salida… No las he echado nada de menos.
Sí después de la carrera, donde creo que ahí es donde si entra en juego un cierto efecto recuperador.

-       He modificado los geles así como la ingesta de los mismos.
He cambiado durante la preparación a una nueva marca (Infisport) donde estos geles, ya vienen bastante diluidos, facilitando su ingesta en carrera, y retomando la frecuencia y modalidad de toma que realizaba en mis primeros maratones. He tomado gel en los kms. 9, 18, 27 y 36. El primero y el tercero sin cafeína. El segundo y el cuarto incorporaban cafeína.

-       Decidí probar en carrera a beber cada 2,5 kms, y no cada 5 como en anteriores ocasiones.
La experiencia ha resultado positivísima. En ningún momento de la carrera he sentido sed o sensación de deshidratación o de necesidad de que llegará el siguiente avituallamiento.

-       Al correr en el extranjero, decidí probar a correr con la equipación de la selección española.
No por nada en especial, no soy yo de los que crea que uno es más patriota porque enseñe unos u otros colores, (para mí el patriotismo está en no robar lo que es de todos y contribuir al bien de tu país pagando impuestos, por ejemplo). El verdadero motivo, sin renunciar obviamente a mis orígenes (tampoco soy de los que oculta de donde es uno, para nada), es el sentir como cada km. tus paisanos te animan, no pasa más de un km. sin que ello suceda, y eso, en 42 kms., es muy de agradecer.
Normalmente tus allegados y amigos pueden animarte a lo sumo en 3-4 puntos… de este modo, todo es distinto.

-       Y por último, tratar de relajarse todo lo posible los dos días previos a la maratón, ya en el destino de la carrera.
Obviamente no te vas a pillar un “pedo”, pero si tienes que beberte un par de cervezas el viernes y otro par de ellas el sábado, te las bebes. No te pasas y vienen bien para relajar e incluso dormir mejor.
Como bien dice mi buen amigo Alberto Canal, que cariñosamente me llana “Keniata”… “si el ‘keniata’ se toma un par de cervezas, eso es que está relajado y la va armar”.
Pues sí, me tome las cervezas, dos el viernes y dos el sábado.




Con estas premisas y las de entreno comentadas en mi anterior entrada, llegamos propiamente al momento de la carrera.
El día anterior, en la cena, mis amigos me preguntan que a que voy a salir el domingo. Todos me dicen que si voy a intentar bajar el 2H45.
Mi respuesta es que “ni puta idea”. En condiciones normales, se que ninguno me habría creído.
He bajado 8 veces de 2H45’ en Maratón y tengo como mejor marca ese 2:38 que sabe Dios si algún día seré capaz de tumbar…, pero esta vez noto que sí que me creen. Son maratonianos, saben de donde he partido… y volver a hacerlo suena a “palabras mayores” en este momento…
Tras un rato hablando de los objetivos de cada uno, les comento que quizás, para mí, lo realista sea intentar hacer el Maratón a 4’/km, que te daría en meta alrededor de 2H49’.

Así nos acostamos, con todo preparado… 


Por delante... la noche previa al maratón, esa que duermes entre poco y muy poco… Ahí sí que empiezo a notar el Modo Maratón, ahora sí.

A las 5:15 estoy despierto, dando vueltas por la cama sin dormir ya hasta las 6:15 que me levanto.

Desayuno habitual (plátano, nueces, pan tostado con membrillo, yogur y un trozo de chocolate negro).
Metro y la Puerta de Brandenburgo. Allí, esperando a los “rezagados” de la expedición, tengo un momento de cierta soledad.


Ya sabemos que antes de un Maratón, por el cuerpo recorre una sensación de “respeto” por el reto al que te enfrentas y del que no siempre somos conscientes ni valoramos. Esa sensación me recorre a mí en ese momento, acompañado de otros dos momentos clave.

-       Un primer momento donde recibo los mensajes en el móvil de José Atlético (siempre tan pendiente de mí la misma mañana de cualquier maratón) y sobre todo, los de David Pérez (clave desde el punto de vista mental en todo mi proceso de recuperación… Nunca te lo agradeceré lo suficiente…)
-       Un segundo momento, de apenas unos segundos, en el que tras levantar la vista del móvil, miro a la Puerta de Brandenburgo, en concreto a la Diosa de la Victoria y pienso, recordando al año 2015… “Me debes una”… Los objetivos eran distintos… pero los puntos de partida y el pasado deportivo reciente en cada caso… también.

Llegan los rezagados, foto de equipo, y Jaime y yo nos vamos escopetados que nuestros cajones son los más alejados de la zona donde estamos.

Rafita, Antonio, Canal, un servidor, Jorge, Jaime y Dabe

Tras desearnos suerte mutua, calentar y algún que otro paseo al baño a liberar la últimas cargas… nos metemos en nuestros cajones.
Al igual que en 2015, vuelvo a estar en el Cajón Élite, pero este año no me pongo justo detrás de los africanos… dejo 3-4 filas por el medio para evitar errores del pasado.

En ese momento hasta el pistoletazo, miro al cielo… y es el momento que me cambia la carrera… Decido luchar por un objetivo, aunque iba sin él, pero el cielo me da una pista…
Apenas 10-12º, nada de aire y algo de lluvia… “Vamos a intentarlo Álvaro, es arriesgado, vienes corto de forma, pero son las condiciones que te gustan para correr”.
A ello se une, que al día siguiente al Maratón de Berlín, es el sorteo para Tokio, donde en esta ocasión no he podido entrar por marca por mi mal hacer en el último año en Maratón (2:50 y 2:54 en NY y Londres), y si bajo de 2:45, tendré de nuevo llave para aplicar por marca a Tokio’19.
Pues voy a intentarlo!! A por nada venía, y si no sale, nada me llevo!!

Con esas salgo y la verdad que desde el principio voy marcando ritmos constantes. Es cierto que hay un momento alrededor del km.7-8 en el que me noto bastante sudor (algo que me hace recordar a Londres y no me gustó nada), pero rápidamente mi cabeza logró borrarlo y seguir adelante.
Recibo los primeros ánimos en este punto de varias de las chicas de la expedición (Aida, Gemma, Carol, Patri…).
Los diferentes ritmos que llevamos cada uno hace que se tengan que dividir cada una para seguir a los suyos y pegarse buenas carreras ellas también por los metros… es de agradecer la verdad… muy de agradecer.

En el km.10 aproximadamente Ester está esperando para darme los primeros ánimos. Me anima y no parece muy convencida de mi carrera, pero la digo que tranquila, que todo va en orden.
Está embutida en una cazadora con capucha porque llueve un montón… “lo que aguantan”!!, la verdad que en esas condiciones…, no tiene precio.
Es cierto que está lloviendo demasiado, de hecho pienso… “joder, me gusta correr con cierta lluvia, pero esto es demasiado”… estoy empapado, y con las zapatillas bastante aguadas… me da miedo que siga así porque puede pesar demasiado la ropa y las zapas y eso al final se puede notar.

La foto no engaña, los charcos eran importantes en ese momento.

Se mantendrá lloviendo intensamente hasta el km.15, en el que el tema “amaina” y ya se mantendrá hasta final de carrera con las condiciones que comentaba en la salida y que tanto me gustan.
Sigo clavando parciales en el km.15… y en el km.20, para pasar la Media Maratón en 1H21’36”; Media Maratón donde vuelvo a recibir los ánimos de unas chicas primero…, y luego de Ester y María (la hermana de Jaime), después. Me dejan esta bonita foto.

Todo en orden !!!

Las sensaciones están siendo buenas, estoy clavando parciales, no parece aparecer mínima expresión de agotamiento y todo ello me hace ganar en confianza. Nada que ver con las últimas apariciones en la distancia.
Las sensaciones se corroboran cuando vuelvo a clavar ritmos en el km. 25, donde recuerdo que empecé a tener malas sensaciones en 2015. Las batucadas me “ponen”, y una en ese tramo, retumbando debajo de un túnel me sienta mejor que un avituallamiento!!.
Pienso… “esto pinta de otra manera este año”… me crezco, y sigo firme y con buenas sensaciones para volver a clavar parcial en el km. 30.

Ahora empieza lo “duro”. Tengo claro que en estos 12 últimos kms es donde se “parte el bacalao” en la distancia, y donde el agotamiento tiende a multiplicarse exponencialmente, pero creo que estoy haciendo las cosas bien, y si mido bien, el Sub 2H45 está asegurado.
Pienso firmemente en ese momento, que lo único que puede arruinar la carrera, es el haber llegado corto de forma y que lo acuse, porque la gestión de la misma había sido bastante buena en mi opinión.
Solo me preocupa que la degradación habitual y exponencial del cuerpo en estos kms., sea en esta ocasión superior a otras maratones por ese motivo de llegar algo corto de forma.

Ese haber llegado algo corto de forma, al seguir avanzado, no se nota en mis sensaciones de rendimiento, pero si empiezo a notarlo en los isquios, que ya del 30 al 35 empiezan a mandar alguna ligera señal. Voy con margen y decido levantar un pelín el pie, que hará que el parcial salga 4-5 segundos por km. más lento, pero está controlado.
Si no molesta más… el ritmo lo mantengo sin problemas y el objetivo que me puse en la línea de salida está asegurado.

Paso el 35 y sigo manteniendo buenas sensaciones, más aún cuando en el km.37 pasas la zona de Ópera que en giro de derechas te encamina a Postdamer Platz.
Me vengo arriba, recuerdo que en 2015 iba literalmente muerto por ahí y hoy hay gasolina en el depósito para mantener ritmos; recuerdo también que el terreno ahora es ligeramente favorable, y a ello, se une un aficionado español que me suelta “Vamos Loydi, que te sigo, leo tu blog!!!”… Flipo!!!. Me había pasado en Madrid, pero no en Alemania…

Si en el 37, llevas esta postura, el tema no va mal !!

Voy bien, me olvido un pelín de esa prudencia por los isquios y… me he venido arriba, pero… ahí estaban, recordando que no estaban para muchos más los isquios y poco antes del 38 hacen un serio amago de “subirse” los dos… Me acuerdo de AupaNacho, al que en Berlín precisamente le sucedió lo mismo años atrás y tuvo que poner precaución hasta meta también…
No me queda otra, tengo que parar en el medio de la calzada y estirar ambos isquios; pierdo unos 20-25 segundos en estirar ambos, pero la verdad que fue “mano de santo”… a partir de ahí todo vuelve a una cierta normalidad.
Sigo con cierta precaución hasta el km. 40, y obviamente ese parcial se me va un poco por este motivo (hago ese 5.000 unos 45-50” más lento).
Paso el 40, observo que tengo margen para bajar ese 2:45, pero también que el estiramiento, como he visto del 38-40, ha respondido bien, y decido tensar un poquito del 40 a meta…

A diferencia de 2015, sigo enterándome de todo, paso la plaza de las “catedrales gemelas”, adelanto gente… voy cómodo, creciendo de nuevo tras el aviso de los isquios, consciente de que me quedan dos rectas, dos giros… y… efectivamente, último giro de izquierdas… y esta vez… ya me lo sé… entro en la Avenida de los Tilos y… ahí está… La Puerta de Brandenburgo al fondo. Dios, qué momento!!.

Sólo quienes hemos corrido este Maratón sabemos lo que es ese momento…

Entro en la Avenida muy contento esta vez, sé que hoy si voy a hacer algo que cuando hace 10 semanas acababa los entrenos cojo me parecía impensable…
Avanzo rápido, firme, escucho a un lado a una parte de las chicas, y cuando ya voy a pasar casi la Puerta de Brandenburgo por debajo, a Ester y María al otro lado…, que me dejan esta otra foto.


Tengo tiempo de mirar arriba, al pasar por debajo de la Puerta, a la Diosa de la Victoria y agradecerle el “me la debías” de la línea de salida…

"Reconciliándome" con la Diosa Victoria.

Lo voy a hacer, quedan unos 400 metros desde la Puerta a Meta, pero bajo de sobra de 2H45’ y ya, como habitualmente (hay gente que riñe porque no araño esos últimos segundos), levanto el pie y me dedico a disfrutarlo… A pesar de todo, hago de nuevo esos 2,2 últimos kms a 3:53, a pesar de levantar… y entro en meta hipercontento con un 2H44’33” que ni en el mejor de los sueños tras todo lo sucedido.

Llegando a meta.

Lo primero que pienso es en que he vuelto en el asfalto a abrirme las puertas de todo renovando el Sub 2H45’ (principalmente Tokio, la Major que junto con Berlín, más marca exige).
Y luego me acuerdo de lo contentos que seguro están todos mis allegados que me habrán estado siguiendo (familia, entrenador, amigos…), de hecho, uno de mis primeros pensamientos en línea de meta coincidió con un comentario de mi gran amigo AupaNacho…
Y es que “si no hubiera ido a Vitoria… hoy quizás había vuelto a bajar de 2:40”.

Pero… fui erróneamente a Vitoria… “bajé a los infiernos” con la lesión…, piqué muchas “piedra” y me puse en poco tiempo de nuevo en un buen lugar. Súper feliz por lo tanto.

Ya recogiendo mis pertenencias en el ropero, en poco más de 5 minutos aparece mi buen amigo Jaime. Como bien dice en su blog, llevamos más de 3 años entrenando juntos, corriendo juntos, compitiendo en muchas carreras… y no hace falta que nos digamos nada… Yo estoy muy contento y él me lo nota y me felicita por lo que he hecho en 10 semanas… y yo veo que él está muy contento también, se le nota y mucho.
Jaime es un excelente atleta que ha tenido que hacer un pequeño paréntesis en su progresión (que asustaba) para adaptarse a su nueva situación (diabetes Tipo 1). A pesar de entrenar duro y bien, ha tenido sinsabores, pero en poco más de un año desde aquello, se marcó un 2H49’ en Berlín que personalmente, y siguiendo con la paciencia que ha tenido, me hacen pensar que es capaz de volver a atacar su marca actual el día menos pensado y retomar esa progresión meteórica que tanto prometía y… voy a hablar en presente…,promete!!.
Nos damos un fuerte abrazo!!.

En lo que a mí se refiere, pues ya sabéis todo lo que ha rodeado a este maratón en concreto, pero para mí, ha sido el Maratón de de mi reencuentro.
Si el hatchstag de toda la preparación fue #buscandoaloydi, de Berlín creo que puedo empezar a decir que quizás… #loydiisback, aunque habrá que seguir corroborándolo.

Y es que a pesar de mantener e incluso mejorar mi nivel en 10K y en Media Maratón; mis últimas citas con el Maratón habían sido “duras”, había pasado de bajar con relativa solvencia de 2H45 a las malas sensaciones, tiempos lejanos y sensación de no poder con la distancia.
En Berlín todo ha sido distinto, he manejado la carrera, he dominado la distancia, he clavado parciales, me he sentido maratoniano de nuevo, he sabido gestionar con cabeza los problemillas musculares derivados de llegar corto y… me he vuelto a acercar a los tiempos en los que creo debo estar.

Los parciales no engañan.

Después de la carrera, como debe ser, tocó disfrutar de comida, bebida y la compañía de los demás, que cuando uno sale a estas cosas, no va a ser sólo para correr.

Como estaba el codillo !!!!!!



Y en lo que a Berlín se refiere amigos, esto ha sido todo…

Ahora, con mente renovada y sin prisa pero sin pausa, toca afrontar nuevos retos.
Las dos citas maratonianas de 2018 están cerradas;

-       La primera será Sevilla, en Febrero, donde vuelvo tras mi ausencia de 2017 por correr Londres. Si todo va bien de aquí a allí, será mi 25ª Maratón, una cifra redonda en el sitio en el que debuté en la distancia y en el que a día de hoy, sigo teniendo mi mejor marca.
-       La segunda, será Chicago, en Octubre, donde si todo va bien también, espero traerme mi cuarta Major, en mi objetivo de completar las 6 grandes a nivel mundial.

Ambas maratones son rápidas, planas, para correr fuerte, por lo que trataré de prepararlas a conciencia y dando lo mejor que mi cuerpo dé. Sin prisa, sin presiones porque ya he visto que no me sienta bien, pero pensando en que si es el día, atacaré en ambos casos lo que haya que atacar.

Pensando en esas maratones, el Míster y yo hemos descubierto cosas, como las tiradas largas progresivas o meter más series largas en vez de cortas, que vemos que me aportan más que otros entrenamientos que estábamos haciendo… yalguna cosilla más que os iré contando en próximas entradas.

Pero hasta que empiece a preparar Sevilla de forma específica, en Diciembre, hay otras cosas que correr… y es momento de centrarse en estos dos meses en otras distancias, como la Media Maratón o el 10K… empezando por la Media Maratón de Tordesillas, el día 29 Octubre, donde más allá de tiempos (aunque trataremos de competir a un nivel aceptable, ya me conocéis, si bien, no sé como llegaré de recuperado de Berlín), me apetece ver y saludar a muchos amigos y buena gente que hace tiempo que no veo…
No en vano, mi anterior y desaparecido club era de allí y el actual también lo es… por no hablar del Míster que también presume de ser de allí…

Os cuento en tres semanas.

Un abrazo !!!