martes, 20 de noviembre de 2018

CROSS DE PARQUESOL. Profeta en mi tierra (y en mi casa) !!

Muy buenas amigos;

Pues primer bloque de cuatro semanas (tras el parón postmaratón de Chicago) cumplido.

Los que le pegáis a esto ya sabéis por las diferentes sensaciones que se pasa tras 15 días de parón absoluto para descansar y, sobre todo, recuperar (en mi caso) el isquiotibial de la pierna derecha.

La primera semana siempre estás con piernas nuevas, pero totalmente fuera de forma, no hay nada más que ver los pulsos de esos días, pulso que pueden corresponder a rodajes en plena forma de hasta 30”/km más rápido. Hay que tener paciencia, el cuerpo poco a poco recupera la memoria.
Las semanas dos y tres vas incrementando volumen poco a poco, viendo como los ratios pulso/ritmo van mejorando progresivamente.
Y en la semana 4, como habíamos puesto una piedrecita de toque, pues bajas un poco el volumen, pero afinas un poco de calidad.

La verdad que esta semana previa a este primer test ya empecé a disfrutar de buenas sensaciones generales y con esas, nos plantábamos el domingo en este primer test de este macrociclo.

Primer test que inicialmente, como os comenté en mi anterior entrada, estaba pensado para el 10K por la diabetes que se celebra en Madrid el 18 de noviembre, pero, las buenas noticias llegaban a la familia, puesto que el jueves anterior, nacía mi segundo sobrino, Marco, por lo que tocaba viajar a Valladolid a conocer al nuevo “heredero” de la familia.
Como esto es algo que sabía que podía suceder, ya tenía en el radar el calendario de carreras de Valladolid y, ohhh, sorpresa, justamente ese fin de semana tocaba el tradicional Cross de Parquesol, dentro del calendario de carreras cortas tan típico por mi tierra.





Parquesol es el barrio de Valladolid donde he crecido y he vivido siempre en Valladolid hasta que me tuve que ir por motivos laborales, por lo que la motivación e ilusión de correr ahí estaba.

El fin de semana se desarrolla bien, conocer al nuevo sobrino, cuidar del otro sobrino algún rato y tomar algo por mi barrio, aunque el sábado a última hora, antes de ir a dormir, tengo un bajón de tensión y mareo que nos hacen dudar de mi estado.
Un pequeño catarro durante la semana, el Frenadol, el estrés de una semana agitada en todos los sentidos parecen ser las causas de este contratiempo.
Pero lo que tiene tener la enfermera en casa, es que Ester me realiza un buen chequeo y el domingo me da el OK para competir.

Lo bueno de correr al lado de casa es que, a pesar de los imprevistos que pueden surgir a lo largo de la mañana, puedes salir 20 minutos antes de casa, coger el dorsal, hacer un breve calentamiento y ponerte rápidamente en la línea de salida… (y que te sobren un par de minutos y todo!!).
La zona por donde transcurre el Cross la conozco bien, las duras cuestas de mi barrio y, simplemente, me dedico a preguntar en la misma línea de salida, en que sentido corre la carrera para saber que cuestas cojo en un sentido o en otro.

Poco antes del pistoletazo de salida alguien me llama con su voz… es una gratísima sorpresa… mi cuñado y su madre han bajado con mi sobrino Víctor a verme competir. Es la primera vez que el enano viene a verme, punto extra de motivación!! (gracias a mi cuñado Rubén por acercarse y llevarlo).

La carrera va a constar de dos vueltas a un circuito de 3.250 m., donde en los primeros 900 metros bajas todo lo que tienes bajar, desde el punto más alto de Valladolid, en mi barrio, hasta el nivel del río para luego, hasta completar la vuelta, volver a subir hasta el punto más alto con tres tramos de subida en los que se intercalan dos falsos llanos.

La verdad que en la primera bajada la carrera queda bastante definida… calculo que unos 12-14 corredores nos despegamos inmediatamente del resto…
Yo rápidamente tras la bajada inicial logro ubicar con la vista que voy en décima posición. La primera vuelta decido ser conservador, por lo pasado la tarde anterior y porque sé lo que tengo que subir, pero no sé exactamente por donde.
Las sensaciones son buenas, un km inicial muy rápido en bajada y muy cerca de las primeras posiciones en la primera y segunda subida, segunda subida donde aprovecho para coger a quien me precede y ponerme noveno. Los falsos llanos soy capaz de correr a ritmos de 3:30 sin excesivos problemas, lo cual también me hace sentirme fuerte.

Así llegamos a la subida final, sin duda la más dura, la que nos lleva desde el frontón hasta las pistas de tenis del parque, muy cerca del paso por meta… Subo bien, cómodo, acercándome a los tres corredores que me preceden, pero viendo como la cabeza de carrera, los 5 primeros corredores, se hacen inalcanzables para el resto.
Así pasamos la primera vuelta, muy cerca de ese grupo de tres y saludando a Víctor, en brazos de mi cuñado, que me devuelve una sonrisa.


En la segunda vuelta, ya sé perfectamente lo que hay y a que jugar… La clave para mi en esa vuelta está en el grupo de tres corredores que me precede. Es ahí donde podré intentar rascar algo.
Rápidamente, en plena bajada uno de los tres se descuelga, le doy caza y, cuando llego al final de la bajada, veo que he conseguido meterle bastante ventaja… soy octavo.
Ahora tengo 2.350 metros para intentar acercarme a los dos corredores anteriores, con las tres subidas y dos falsos llanos.
La verdad que a pesar de que disfruto de buenas sensaciones, tanto en los dos primeros falsos llanos como en las dos primeras subidas, la ventaja no se acorta… (como bien dice mi amigo AupaNacho… aquí adelante no hay “cojos”), por lo que, cara a la última subida, decido ya ser totalmente conservador. Por detrás hay bastante distancia como para que mi perseguidor me eche el lazo y, por delante, no tiene pinta que salvo desfallecimiento vaya a ganar más posiciones…
Por lo que, dadas las alturas a las que estamos (4 semanas desde la vuelta tras el parón) y, dado que el lunes había que seguir entrenando, decido subir la última cuesta, la más dura, sin hacer excesivo esfuerzo en ello, puesto que la 8ª posición de la general me deja más que satisfecho.
Más aún cuando en Valladolid, este tipo de carreras cortas se estila mucho, con gente muy preparada y veloz para estas distancias, tanto del propio Valladolid, como de la provincia de Zamora, que tienen muy trillados estos circuitos y este tipo de carreras explosivas que, desde luego, aunque no se me están dando mal, no son mi fuerte.

Dado que he llegado en posiciones delanteras y además, el hecho de que plantarse en la “cuarentena” no siempre tiene por qué ser mala noticia, espero a ver las clasificaciones y, efectivamente, soy el primer clasificado de mi recién estrenada categoría de Veterano B, lo cual me permite subir al podio de la categoría y de paso, celebrar este pequeño logro con el “enano” (además de llevar un nuevo “cogepolvos” a casa).





Tras ello, a disfrutar de la familia el resto del día y luego… vuelta a Madrid, que hay que seguir con el día a día que a todos nos ocupa y… seguir con el entrenamiento en lo que a nuestro hobbie se refiere, con próxima para en el 10K de Aranjuez (16 de Diciembre), a ver si llegamos con ese puntito… pero siempre, pensando en el verdadero objetivo, el Maratón de Tokio el 3 de Marzo.



Después de Aranjuez os cuento como ha ido la “cosa”. Un abrazo !!!

domingo, 28 de octubre de 2018

MARATÓN DE CHICAGO '18. Otro pasito más hacia el #runthesix

Muy buenas de nuevo, amig@s.
Después de la última entrada, donde repasamos el Maratón de Sevilla y los posteriores 10K Villa de Vallecas y la Media de Gijón (con sus viajes y recuperaciones por el medio), comentaba mi intento de retomar un poco la frecuencia del blog, pero la realidad ha sido que continúa el duro año a nivel laboral que comentaba en mi anterior entrada, lo cual, unido al tiempo que se va en atascos y demás, hace que haya poco tiempo para estas cosas… Intentaré de nuevo retomar la frecuencia, al menos carrera a carrera, que esto también ayuda a desconectar.

El hito más importante de este periodo, desde mi última entrada el pasado mes de Mayo es el Maratón de Chicago (celebrado el 7 de Octubre), al que dedicaré más tiempo en esta entrada.


Después de Gijón y hasta Chicago, aún en primavera, corrí un par de carreras más (la verdad que este año no estoy compitiendo mucho, cosa que no me gusta…), en concreto la Media Maratón de la Naturaleza de Hoyos del Espino, donde alcancé el 7º puesto de la general y 3º de mi categoría; así como el Cross de los Juegos de las Empresas de Madrid, donde acabé 2º. Dos nuevos pódiums para casa antes de ponerse con la preparación de Chicago.

Así, bajando un poco el pistón, pero sin dejar de entrenar, comenzábamos allá por mediados de Julio la preparación específica de Chicago, de 12 semanas, como habitualmente, donde la única piedra de toque  al principio de la preparación, ha sido la preciosa carrera del 10K Trofeo de San Lorenzo, donde el calor, el recorrido durete y el estado de forma del inicio de la preparación, me hizo no esforzarme más de unos discretos 37’. No había necesidad en ese momento de apretar más.

Para Chicago, en ningún momento se planteó el objetivo de atacar el 2:38 o intentar ponerse de nuevo por debajo de 2:40, pero sí que en mente, como siempre, el objetivo de realizar algo bonito, como bajar de 2H45’.
Con esta situación de ir a buscar algo exigente, aunque distante de mis mejores registros, la novedad para esta preparación fue pactar con el Míster un pequeño experimento, que ha sido que yo iba planificando las semanas y él, antes de su ejecución, revisaba la planificación para ver que no había nada excesivamente incoherente y que se ajustaba a todo lo que hemos aprendido juntos estos años, pero partiendo de lo que dice el atleta, de escuchar primero al atleta.
Únicamente tres test en las semanas 4, 7 y 10 marcados por el Míster, fue la única “exigencia” del Míster, más allá de la supervisión comentada.

La verdad que la preparación ha ido muy bien, he disfrutado mucho de ella; pero si para Sevilla, 12 días antes de la carrera tuve un problema muscular en el gemelo; la historia se repitió de nuevo a 8 días de Chicago, en esta ocasión con menos “gravedad” aparente, pero con menos margen también; en esta ocasión en el isquio.
No hubo que dejar ningún entreno, pero ese mismo sábado, a 8 días de la carrera, hubo que meter agujas en el isquiotibial de la pierna derecha y repasar de nuevo el isquio el miércoles de la misma semana de la carrera.
La razón… ponerme unas zapas viejas que no debía ese último redaje largo de ese sábado, unido yo creo a que no estoy descansando del todo bien por el estrés laboral y hace que la musculatura esté más “sensible” (ya he empezado a corregir desde ya el tema del descanso).
La preparación se completó a pesar de este percance y tras cuidar y mimar mucho el isquio y estirarlo mucho, nos plantamos ya el día 5 de Octubre en Chicago, en busca de mi cuarta Major, en mi objetivo de conseguir las seis grandes.

Este viaje tenía la particularidad de que lo afrontaría en solitario, sin pareja, sin amigos… con la única compañía de mi mochila y cinco días por delante en Chicago.
Es cierto que es una experiencia que al principio, parece que impone un poco, pero la realidad es que merece mucho la pena.

Así aterrizo en Chicago el viernes 5 a eso de la hora de comer y, desde ahí, metro más tren, directo a la feria del corredor a recoger el dorsal, feria que, como todo en Estados Unidos, es enorme.


Y de ahí, directo de nuevo cruzándome Chicago a mi alquiler cerca del metro Sheridan (muy cerca del estadio de los Cubs), donde establezco mi centro de operaciones (rápidamente sitúo la línea roja de metro, así como los bares y supermercados del barrio que me harán la vida muy sencilla en Chicago).


En el Estadio de los Cubs, el Wrigley Field


El Michael's, mi "centro de operaciones", tipo bar americano
con más de 40 plasmas con deportes americanos, donde
disfrutaba de mis ratos de descanso ya en mi barrio.

Tras un poco de turisteo antes del domingo (del que luego daré algo de detalle), el domingo a las 4:30 estoy “arriba” para ir a correr el maratón (la carrera empieza a las intempestivas 7:30!!!). No he dormido mal, a las 21:30 estaba durmiendo  con todo preparado…


….y hasta las 4 no me desperté ni por nervios. Desayuno, vestirse de “romano” y al metro que en 20-25” te pone en Millenium Park y en la línea de salida.

La realidad es que las previsiones de tiempo que se venían anunciando durante los 10 días anteriores a la carrera, mejoraron algo, pero… la realidad es que en buena parte se cumplieron.
Ya tardé un poco en entrar al parque para calentar, despedir esos últimos “residuos corporales” y ponerme en la línea de salida, puesto que la lluvia y el aire apretaba a eso de las 6 de la mañana. Tocó refugiarse un rato en unos soportales de una de las calles cercanas al parque…
Durante toda la semana, he ido informando a todo la gente que me preguntaba y al Míster que si la previsión era la que era, no me esforzaba lo más mínimo, a traerme la Major en un Sub 3 tranquilo y a otra cosa mariposa…

A las 6 decido entrar en el parque, puesto la lluvia y el aire parecen amainar un poco.


Dejo la ropa, caliento, baño, etc.… y a 10 minutos de la salida… al cajón.
Aún sigo dudando a que salir… el aire parece que para un poco, no llueve mucho y la temperatura es fresca… a ver qué pasa con la humedad (el Lago Michigan al lado también se nota…).

Finalmente me digo… “la situación sin ser optima, es algo mejor que lo que venía diciendo… el isquio parece que no está mal… vamos a por el Sub 2H45’ que es para lo que he entrenado!!”. Al final, siempre nos gusta salir “a jugar”.

Pistoletazo de salida y empieza la fiesta!!! La verdad que no es fácil intentar ajustar los ritmos al principio, puesto que la carrera empieza rápidamente metiéndote por un pequeño túnel y posteriormente, el callejeo inicial entre los rascacielos de Chicago hace que el GPS sea una auténtica “feria” (tengo algún km en mi Garmin a 2:45/km y alguno a 5:30/km… lo dicho, una “feria”… no era una referencia fiable). La verdadera referencia es mirar el global de tiempo en el paso de los carteles de millas o kms…

La realidad de la carrera, por no liaros mucho con cada paso es que hasta el primer 10.000 llevo muy buenas sensaciones de caja aunque algo de pesadez en las piernas, si bien, a partir del km.12, cuando vamos por la zona paralela al Lago Míchigan (casi llegando a la zona donde me alojaba), las piernas empiezan a encontrarse mucho más sueltas (buena señal, los maratones en los que he notado que las piernas se sueltan pasados 40 – 50 minutos de carrera, han solido ir bien).
Sin embargo, el agua se vuelve a hacer cada vez más presente y los efectos de la “Windy City” se van notando cada vez más con el aire, pero tengo buenas sensaciones, sigo a lo mío, al objetivo marcado, clavando la media en lo planificado más o menos para ese objetivo (1H22’19”).

En el paso de la Media Maratón
El paso por la Media está exactamente en una ligera cuesta abajo, donde los isquios siempre sufren algo más…, el frío se va notando y la ropa va pesando, vamos bastante mojados…, hay humedad en el ambiente…
En esa bajadilla hacia la Media, noto un pequeño calambre en mi isquio derecho… aparecen ligeros “fantasmas” aunque procuro no darle importancia excesiva de momento…

Los siguientes kms siguen con normalidad y yo con buenas sensaciones, pero en el 24 vuelvo a sufrir otro leve calambre que me hace levantar ligeramente el pie… confiando en que relaje un poco y todo vuelva a estar bien…
La verdad es que a pesar de la lluvia, humedad y aire, las sensaciones son buenas… Me digo “bueno, mantente a 4:00-4:05/km a ver si el isquio va bien y recupera y a partir del 35, como hay gasofa, si todo va en orden, nos ponemos a 3:45/km hasta el final…”, que gasolina había…

Pero la realidad rápidamente nos pone en nuestro sitio, una cosa es lo que queremos y para lo que nos vemos capacitados y otra cosa es la cruda realidad… mi cabeza, mis ganas y mis reservas estaban intentando luchar contra dos evidencias muy claras en cualquier maratón:

1.           Si no llegas perfecto perfecto perfecto al maratón, en algún momento acaba saliendo… en el 25, en el 30, en el 35… Hay que llegar al maratón lo más “intacto” posible.
2.       Seguramente el isquio podría haber aguantado la carrera con un clima más favorable, de temperatura agradable, sin humedad y sin la ropa empapada, que junto con el aire de la “windy city” provoca un efecto de frío y por lo tanto, favorece que la musculatura se contraiga… Así me lo confirmaron luego las dos fisios que me “mimaron” esos 8 días para poder correr en Chicago (Mónica y María, mil gracias!!).

Lo dicho, a pesar de mis intentos y mis planes, los calambres en el isquio empiezan a partir de ese momento a mostrarse con carácter contracturante… (tengo que parar a estirar un par de veces…), lo que hace que tenga que levantar completamente el pie hasta ritmos entre 4:20-4:30/km… me mantengo cómodo a nivel físico, en una zona donde no noto excesiva contractura, pero mentalmente estás fuera de la carrera… las cuentas ya solo son para llevarte la medalla y la Major a casa (no se puede ir a Chicago todos los días), eso sí, salvando el Sub3 al menos…, que menos !!.

Al menos sonreir a cámara en el 30K.

Cruzando hacia el barrio chino a lo que
"el isquio dejaba"

Con estos ingredientes, es difícil también mantener la concentración, no estás en tu ritmo, tu cabeza se ha ido, la lluvia sigue y con el viento… al ir más tranquilo pero empapado, la sensación de frío empieza a aparecer… cae más agua…
Cruzando el barrio chino, alrededor del km. 35 (el punto donde tenía pensado apretar), los calambres en el isquio son más frecuentes… levanto algo más el pie… más frio en mi cuerpo… pero me mantengo alrededor de 4:35 hasta el 39, donde de repente me mete dos viajes el isquio que “flipo” bastante… “nene, ponte en el ritmo que sea necesario para llevarnos la Major y bajar de 3 horas a ser posible…”.

Se ve en la cara en el "ChinaTown" que
había postura y semblante para más, pero...

El objetivo de las tres horas creo que malo sea no sacarlo…, paso el 39 en algo más de 2H39’…, tengo 21 minutos de margen para 3,2 kms…
Desde ahí hasta meta, precaución y a disfrutar de la 4ª Major (y 26ª Maratón), dejarse llevar donde la pierna no sufra y a colgarse la medalla…
Acabo la carrera fuera de mis tiempos, de mis marcas, de mi objetivo, pero esta vez, a diferencia de alguna otra donde esto ha sucedido (Londres, por ejemplo), con una sonrisa al cruzar la línea de meta…
No es la sensación de “derrota” de alguna vez que no he conseguido el objetivo que me he marcado; pues esta vez no ha sido el caso, puesto que fuerzas y ganas para haberlo peleado había, a pesar del día “perro” que nos “regaló” Chicago para correr; sino que simplemente, ha habido un problema físico que me ha impedido luchar por el objetivo, pero, a pesar de ello, al menos me llevo la medalla y el maratón, en un tiempo final de 2H54’13”. No es que haya desfallecido… es que no he podido pelear!!.

Llegando mas calmado que nunca...
 La sensación al acabar la carrera es de cierta hipotermia por todo lo comentado anteriormente y de que el isquio medía como 20 cms. menos que el de la otra pierna, jeje, apenas podía estirar… pero los voluntarios rápidamente están para hacerte la vida más fácil, darte caldos, la manta térmica etc.. al menos poder poner buena cara para la foto.

4º Major, 26ª Maratón
Luego, directo al apartamento a por una ducha caliente (creo que estive bajo el grifo media hora), a cambiarse y a por la recompensa... una buena hamburguesa, que estamos en los Estados Unidos!!.
A la pregunta del camarero de que quería para comer… la respuesta fue muy fácil… “I have run the marathon, I’d like the biggest burguer!!!”. Dicho y hecho, a zampar y a recuperar, acompañada de un par de pintas, claro está.


Más allá de la carrera, como os anticipaba anteriormente, fueron cinco días muy provechosos en Chicago, donde disfruté muchísimo de la experiencia de viajar y de patear sólo, experiencia que repetiré sin duda.
Gusta viajar con amigos, gusta viajar con tu pareja, pero viajar sólo, es una experiencia maravillosa que, en primer lugar, debería haber hecho antes y que; por supuesto, repetiré más veces. 

Además, permite conocer a gente que viaja en las mismas circunstancias, como el bueno de Rubén Morales, de Murcia (a ver si coincidimos más veces), con el que compartí un día comida (con la irrepetible experiencia de la pizza “Deep Dish” de Giordano’s) y las posteriores cervezas.

Crónicas carnívoras !!!

Puro hormigón !!. El queso se convierte en losa !!.
600 kcal. por porción.

Con el bueno de Rubén !!

" Deep deep...!!"

Así como coincidir con el bueno de Ángel (conocido desde la infancia, amigo de Tres Cantos de toda la vida de mi primo Nacho y de mi “hermano” Carlos, y amigo mío también por ende), que llegó a Chicago el día en que yo volvía, pero con el que, hasta que cogí el vuelo por la tarde, compartí la mejor hamburguesa (como me aseguró) de Chicago en Au Cheval (doy fe) y un repaso a los últimos rincones de Chicago (Gracias Ángel por tu asesoramiento previo a este viaje).

Espectacular !!!
Con ese "taco" de Bacon y una
carne exquisita !!

Con al amigo Ángel. Hay que repetir... en España ... y en USA
(gran país, cada día me gusta más y entiendo por qué son los mejores)


Desde el hotel London, teniendo una visión desde arriba de lo
que había recorrido desde abajo... Espectacular !!.

Ahí os dejo alguna que otra foto del resto del viaje a Chicago.

Las "mazorcas"

En el río, cerca de Magnicifient Mille

Teatro Chicago

Monumento a los caídos en Vietnam.

Torre Trump.

Paseo del río, cerca de Magnicifient Mille.

"Skyline" desde Navy Pier.

Navy Pier

Arquitectura de Chicago con la Willis Tower de fondo

Millenium Park

Millenium Park

Millenium Park

Millenium Park

Millenium Park

Estatua de Picasso en Chicago.

Ya en mi vuelta a España, nada más aterrizar, momento de descansar y sacar las últimas conclusiones.

Lo de descansar, fue a rajatabla, porque nada más bajarme del avión, me estaba montando en un coche para irme a pasar otros cinco días, aprovechando el Pilar, por tierras castellonenses y catalanas, donde disfrutamos del relax, de la playa y de darle gusto al estómago.

Con el Papa Luna en Peñíscola...

... degustando un exquisito "Xuquet"...

... y regándolo con un "digestivo" mirando al mar !!
Ya en Tarragona, desayunando a orillas del mar...

... disfrutando de la playa del hotel y su "servicio"
(Le Meridien Ra, espectacular)...

Y haciendo algún que otro "castellet" por la zona !!

Respecto a las conclusiones, pues las mismas han sido claras.

En primer lugar (además de que tocaba), para 15 días en seco para recuperar el isquiotibial y poder afrontar con garantías un nuevo macrociclo de varios meses que nos permita ir cumpliendo nuevos objetivos.

Por otro lado, asimilar que el Maratón este año no ha sido junto conmigo.
En Sevilla en Febrero una lesión a 12 días me impide atacar el 2:40, para el que creo hubiera estado, teniendo que conformarme con el 2:47; y en Chicago, por la misma razón, pero esta vez a 8 días y en el isquio, quedarme en 2:54 cuando estaba preparado para bajar de nuevo de 2:45.

En todo caso, creo en el trabajo y en que el esfuerzo acaba teniendo recompensa. Los estudios, pruebas y test dicen que las condiciones, de momento, siguen estando ahí y que han sido las circunstancias las que han impedido que este año mis registros sean los de anteriores macrociclos, a pesar de lo cual ha seguido habiendo algún pódium y alguna buena carrera.
Por lo tanto, confío en que el esfuerzo tendrá recompensa. Entreno a muy buen nivel, muy superior al que están dando las carreras y esto tiene que acabar plasmándose tarde o temprano.

Tras el parón de dos semanas, donde esta vez, no he hecho absolutamente nada, he vuelto a empezar el día 22 de Octubre con 55 kms. tranquilos esta primera semana. Parto desde más abajo que nunca en cuanto a forma, pero también muy descansado, y quizás sea bueno, que a veces para construir más que antes, haya que destruir mucho.
Eso sí, partimos de abajo para llegar todo lo arriba posible, pero con una muesca más en casa… ya hay cuatro “hermanitas” juntas, nos falta recuperar a las otras dos para tener a la familia completa en casa…
Se me pone la carne de gallina cuando las veo…

BERLÍN, NUEVA YORK, LONDRES Y CHICAGO...
Quedan Tokyo y Boston... #runthesix #worldmarathonmajors

El objetivo de este macrociclo está fijado, pero para eso quedan pruebas por el camino, camino en el que iremos muy poco a poco, aún quedan 18 semanas. Estas serán mis apariciones:

-       18 de Noviembre – 10K por la Diabetes.
-       16 de Diciembre – 10K Villa de Aranjuez.
-       NocheVieja/Reyes – Alguna San Silvestre o algún Cross.
-       27 de Enero – Media de Getafe.
-       3 de Marzo – MARATÓN DE TOKYO.

Esta vez sí, me he propuesto que todo vaya bien de nuevo, quiero en lo que queda de 2018 (aunque aquí va a ser difícil por el poco tiempo que queda), pero sobre todo en el 2019, estar cerca de mis mejores marcas tanto en 10K (34:43) como en Media (1H15’45”), pero lo que es seguro, es que este año voy a hacer dos intentos de acercarme todo lo posible a ese 2H38 en Maratón, este año 2019 sí.
Lo voy a intentar en Tokyo en Marzo y posteriormente en Noviembre en San Sebastián.

Vamos a sacar lo mejor que allá en la “caja” para ello, además de meter un poco de gimnasio en una o dos sesiones semanales, para fortalecer y evitar esos problemillas musculares de última hora…

Además, como me he comido los pares y no he incorporado nada en el último año, ando “renovando” la flota… de momento incorporamos la Nike ZoomFly (a ver si se nos pega algo de Kipchoge) y la última Energy (la 4)...



...aunque en breve tendré que meter otro par, porque tengo dos pares a medias que no van a llegar a Tokio (las Solar Boost o una nueva Boston son las candidatas a este tercer par nuevo a incorporar… -éste, se lo pediremos ya a los Reyes…-).

Nos vemos después del 10K de la Diabetes, donde os iré contando cómo va yendo todo.
Esta vez sí, tanto porque me encanta mantener esto, como por salud mental para desconectar de nuestro día a día, escribiré al menos después de cada una de las carreras hasta Tokio.

Un abrazo y muchos kilómetros para todos !!!