Muy buenas amigos;
Pues primer bloque de cuatro semanas (tras
el parón postmaratón de Chicago) cumplido.
Los que le pegáis a esto ya sabéis por las
diferentes sensaciones que se pasa tras 15 días de parón absoluto para
descansar y, sobre todo, recuperar (en mi caso) el isquiotibial de la pierna
derecha.
La primera semana siempre estás con piernas
nuevas, pero totalmente fuera de forma, no hay nada más que ver los pulsos de
esos días, pulso que pueden corresponder a rodajes en plena forma de hasta 30”/km
más rápido. Hay que tener paciencia, el cuerpo poco a poco recupera la memoria.
Las semanas dos y tres vas incrementando
volumen poco a poco, viendo como los ratios pulso/ritmo van mejorando progresivamente.
Y en la semana 4, como habíamos puesto una
piedrecita de toque, pues bajas un poco el volumen, pero afinas un poco de
calidad.
La verdad que esta semana previa a este
primer test ya empecé a disfrutar de buenas sensaciones generales y con esas,
nos plantábamos el domingo en este primer test de este macrociclo.
Primer test que inicialmente, como os
comenté en mi anterior entrada, estaba pensado para el 10K por la diabetes que
se celebra en Madrid el 18 de noviembre, pero, las buenas noticias llegaban a
la familia, puesto que el jueves anterior, nacía mi segundo sobrino, Marco, por
lo que tocaba viajar a Valladolid a conocer al nuevo “heredero” de la familia.
Como esto es algo que sabía que podía
suceder, ya tenía en el radar el calendario de carreras de Valladolid y, ohhh,
sorpresa, justamente ese fin de semana tocaba el tradicional Cross de
Parquesol, dentro del calendario de carreras cortas tan típico por mi tierra.
Parquesol es el barrio de Valladolid donde
he crecido y he vivido siempre en Valladolid hasta que me tuve que ir por
motivos laborales, por lo que la motivación e ilusión de correr ahí estaba.
El fin de semana se desarrolla bien,
conocer al nuevo sobrino, cuidar del otro sobrino algún rato y tomar algo por
mi barrio, aunque el sábado a última hora, antes de ir a dormir, tengo un bajón
de tensión y mareo que nos hacen dudar de mi estado.
Un pequeño catarro durante la semana, el
Frenadol, el estrés de una semana agitada en todos los sentidos parecen ser las
causas de este contratiempo.
Pero lo que tiene tener la enfermera en
casa, es que Ester me realiza un buen chequeo y el domingo me da el OK para
competir.
Lo bueno de correr al lado de casa es que,
a pesar de los imprevistos que pueden surgir a lo largo de la mañana, puedes
salir 20 minutos antes de casa, coger el dorsal, hacer un breve calentamiento y
ponerte rápidamente en la línea de salida… (y que te sobren un par de minutos y
todo!!).
La zona por donde transcurre el Cross la
conozco bien, las duras cuestas de mi barrio y, simplemente, me dedico a
preguntar en la misma línea de salida, en que sentido corre la carrera para
saber que cuestas cojo en un sentido o en otro.
Poco antes del pistoletazo de salida
alguien me llama con su voz… es una gratísima sorpresa… mi cuñado y su madre
han bajado con mi sobrino Víctor a verme competir. Es la primera vez que el
enano viene a verme, punto extra de motivación!! (gracias a mi cuñado Rubén por
acercarse y llevarlo).
La carrera va a constar de dos vueltas a un
circuito de 3.250 m., donde en los primeros 900 metros bajas todo lo que tienes
bajar, desde el punto más alto de Valladolid, en mi barrio, hasta el nivel del
río para luego, hasta completar la vuelta, volver a subir hasta el punto más
alto con tres tramos de subida en los que se intercalan dos falsos llanos.
La verdad que en la primera bajada la
carrera queda bastante definida… calculo que unos 12-14 corredores nos
despegamos inmediatamente del resto…
Yo rápidamente tras la bajada inicial logro
ubicar con la vista que voy en décima posición. La primera vuelta decido ser
conservador, por lo pasado la tarde anterior y porque sé lo que tengo que
subir, pero no sé exactamente por donde.
Las sensaciones son buenas, un km inicial
muy rápido en bajada y muy cerca de las primeras posiciones en la primera y
segunda subida, segunda subida donde aprovecho para coger a quien me precede y
ponerme noveno. Los falsos llanos soy capaz de correr a ritmos de 3:30 sin
excesivos problemas, lo cual también me hace sentirme fuerte.
Así llegamos a la subida final, sin duda la
más dura, la que nos lleva desde el frontón hasta las pistas de tenis del
parque, muy cerca del paso por meta… Subo bien, cómodo, acercándome a los tres
corredores que me preceden, pero viendo como la cabeza de carrera, los 5
primeros corredores, se hacen inalcanzables para el resto.
Así pasamos la primera vuelta, muy cerca de
ese grupo de tres y saludando a Víctor, en brazos de mi cuñado, que me devuelve
una sonrisa.
En la segunda vuelta, ya sé perfectamente
lo que hay y a que jugar… La clave para mi en esa vuelta está en el grupo de
tres corredores que me precede. Es ahí donde podré intentar rascar algo.
Rápidamente, en plena bajada uno de los
tres se descuelga, le doy caza y, cuando llego al final de la bajada, veo que
he conseguido meterle bastante ventaja… soy octavo.
Ahora tengo 2.350 metros para intentar
acercarme a los dos corredores anteriores, con las tres subidas y dos falsos
llanos.
La verdad que a pesar de que disfruto de
buenas sensaciones, tanto en los dos primeros falsos llanos como en las dos
primeras subidas, la ventaja no se acorta… (como bien dice mi amigo AupaNacho…
aquí adelante no hay “cojos”), por lo que, cara a la última subida, decido ya
ser totalmente conservador. Por detrás hay bastante distancia como para que mi
perseguidor me eche el lazo y, por delante, no tiene pinta que salvo
desfallecimiento vaya a ganar más posiciones…
Por lo que, dadas las alturas a las que
estamos (4 semanas desde la vuelta tras el parón) y, dado que el lunes había
que seguir entrenando, decido subir la última cuesta, la más dura, sin hacer
excesivo esfuerzo en ello, puesto que la 8ª posición de la general me deja más
que satisfecho.
Más aún cuando en Valladolid, este tipo de
carreras cortas se estila mucho, con gente muy preparada y veloz para estas
distancias, tanto del propio Valladolid, como de la provincia de Zamora, que
tienen muy trillados estos circuitos y este tipo de carreras explosivas que,
desde luego, aunque no se me están dando mal, no son mi fuerte.
Dado que he llegado en posiciones
delanteras y además, el hecho de que plantarse en la “cuarentena” no siempre
tiene por qué ser mala noticia, espero a ver las clasificaciones y,
efectivamente, soy el primer clasificado de mi recién estrenada categoría de
Veterano B, lo cual me permite subir al podio de la categoría y de paso, celebrar
este pequeño logro con el “enano” (además de llevar un nuevo “cogepolvos” a
casa).
Tras ello, a disfrutar de la familia el
resto del día y luego… vuelta a Madrid, que hay que seguir con el día a día que
a todos nos ocupa y… seguir con el entrenamiento en lo que a nuestro hobbie se
refiere, con próxima para en el 10K de Aranjuez (16 de Diciembre), a ver si
llegamos con ese puntito… pero siempre, pensando en el verdadero objetivo, el
Maratón de Tokio el 3 de Marzo.
Después de Aranjuez os cuento como ha ido
la “cosa”. Un abrazo !!!
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