martes, 20 de noviembre de 2018

CROSS DE PARQUESOL. Profeta en mi tierra (y en mi casa) !!

Muy buenas amigos;

Pues primer bloque de cuatro semanas (tras el parón postmaratón de Chicago) cumplido.

Los que le pegáis a esto ya sabéis por las diferentes sensaciones que se pasa tras 15 días de parón absoluto para descansar y, sobre todo, recuperar (en mi caso) el isquiotibial de la pierna derecha.

La primera semana siempre estás con piernas nuevas, pero totalmente fuera de forma, no hay nada más que ver los pulsos de esos días, pulso que pueden corresponder a rodajes en plena forma de hasta 30”/km más rápido. Hay que tener paciencia, el cuerpo poco a poco recupera la memoria.
Las semanas dos y tres vas incrementando volumen poco a poco, viendo como los ratios pulso/ritmo van mejorando progresivamente.
Y en la semana 4, como habíamos puesto una piedrecita de toque, pues bajas un poco el volumen, pero afinas un poco de calidad.

La verdad que esta semana previa a este primer test ya empecé a disfrutar de buenas sensaciones generales y con esas, nos plantábamos el domingo en este primer test de este macrociclo.

Primer test que inicialmente, como os comenté en mi anterior entrada, estaba pensado para el 10K por la diabetes que se celebra en Madrid el 18 de noviembre, pero, las buenas noticias llegaban a la familia, puesto que el jueves anterior, nacía mi segundo sobrino, Marco, por lo que tocaba viajar a Valladolid a conocer al nuevo “heredero” de la familia.
Como esto es algo que sabía que podía suceder, ya tenía en el radar el calendario de carreras de Valladolid y, ohhh, sorpresa, justamente ese fin de semana tocaba el tradicional Cross de Parquesol, dentro del calendario de carreras cortas tan típico por mi tierra.





Parquesol es el barrio de Valladolid donde he crecido y he vivido siempre en Valladolid hasta que me tuve que ir por motivos laborales, por lo que la motivación e ilusión de correr ahí estaba.

El fin de semana se desarrolla bien, conocer al nuevo sobrino, cuidar del otro sobrino algún rato y tomar algo por mi barrio, aunque el sábado a última hora, antes de ir a dormir, tengo un bajón de tensión y mareo que nos hacen dudar de mi estado.
Un pequeño catarro durante la semana, el Frenadol, el estrés de una semana agitada en todos los sentidos parecen ser las causas de este contratiempo.
Pero lo que tiene tener la enfermera en casa, es que Ester me realiza un buen chequeo y el domingo me da el OK para competir.

Lo bueno de correr al lado de casa es que, a pesar de los imprevistos que pueden surgir a lo largo de la mañana, puedes salir 20 minutos antes de casa, coger el dorsal, hacer un breve calentamiento y ponerte rápidamente en la línea de salida… (y que te sobren un par de minutos y todo!!).
La zona por donde transcurre el Cross la conozco bien, las duras cuestas de mi barrio y, simplemente, me dedico a preguntar en la misma línea de salida, en que sentido corre la carrera para saber que cuestas cojo en un sentido o en otro.

Poco antes del pistoletazo de salida alguien me llama con su voz… es una gratísima sorpresa… mi cuñado y su madre han bajado con mi sobrino Víctor a verme competir. Es la primera vez que el enano viene a verme, punto extra de motivación!! (gracias a mi cuñado Rubén por acercarse y llevarlo).

La carrera va a constar de dos vueltas a un circuito de 3.250 m., donde en los primeros 900 metros bajas todo lo que tienes bajar, desde el punto más alto de Valladolid, en mi barrio, hasta el nivel del río para luego, hasta completar la vuelta, volver a subir hasta el punto más alto con tres tramos de subida en los que se intercalan dos falsos llanos.

La verdad que en la primera bajada la carrera queda bastante definida… calculo que unos 12-14 corredores nos despegamos inmediatamente del resto…
Yo rápidamente tras la bajada inicial logro ubicar con la vista que voy en décima posición. La primera vuelta decido ser conservador, por lo pasado la tarde anterior y porque sé lo que tengo que subir, pero no sé exactamente por donde.
Las sensaciones son buenas, un km inicial muy rápido en bajada y muy cerca de las primeras posiciones en la primera y segunda subida, segunda subida donde aprovecho para coger a quien me precede y ponerme noveno. Los falsos llanos soy capaz de correr a ritmos de 3:30 sin excesivos problemas, lo cual también me hace sentirme fuerte.

Así llegamos a la subida final, sin duda la más dura, la que nos lleva desde el frontón hasta las pistas de tenis del parque, muy cerca del paso por meta… Subo bien, cómodo, acercándome a los tres corredores que me preceden, pero viendo como la cabeza de carrera, los 5 primeros corredores, se hacen inalcanzables para el resto.
Así pasamos la primera vuelta, muy cerca de ese grupo de tres y saludando a Víctor, en brazos de mi cuñado, que me devuelve una sonrisa.


En la segunda vuelta, ya sé perfectamente lo que hay y a que jugar… La clave para mi en esa vuelta está en el grupo de tres corredores que me precede. Es ahí donde podré intentar rascar algo.
Rápidamente, en plena bajada uno de los tres se descuelga, le doy caza y, cuando llego al final de la bajada, veo que he conseguido meterle bastante ventaja… soy octavo.
Ahora tengo 2.350 metros para intentar acercarme a los dos corredores anteriores, con las tres subidas y dos falsos llanos.
La verdad que a pesar de que disfruto de buenas sensaciones, tanto en los dos primeros falsos llanos como en las dos primeras subidas, la ventaja no se acorta… (como bien dice mi amigo AupaNacho… aquí adelante no hay “cojos”), por lo que, cara a la última subida, decido ya ser totalmente conservador. Por detrás hay bastante distancia como para que mi perseguidor me eche el lazo y, por delante, no tiene pinta que salvo desfallecimiento vaya a ganar más posiciones…
Por lo que, dadas las alturas a las que estamos (4 semanas desde la vuelta tras el parón) y, dado que el lunes había que seguir entrenando, decido subir la última cuesta, la más dura, sin hacer excesivo esfuerzo en ello, puesto que la 8ª posición de la general me deja más que satisfecho.
Más aún cuando en Valladolid, este tipo de carreras cortas se estila mucho, con gente muy preparada y veloz para estas distancias, tanto del propio Valladolid, como de la provincia de Zamora, que tienen muy trillados estos circuitos y este tipo de carreras explosivas que, desde luego, aunque no se me están dando mal, no son mi fuerte.

Dado que he llegado en posiciones delanteras y además, el hecho de que plantarse en la “cuarentena” no siempre tiene por qué ser mala noticia, espero a ver las clasificaciones y, efectivamente, soy el primer clasificado de mi recién estrenada categoría de Veterano B, lo cual me permite subir al podio de la categoría y de paso, celebrar este pequeño logro con el “enano” (además de llevar un nuevo “cogepolvos” a casa).





Tras ello, a disfrutar de la familia el resto del día y luego… vuelta a Madrid, que hay que seguir con el día a día que a todos nos ocupa y… seguir con el entrenamiento en lo que a nuestro hobbie se refiere, con próxima para en el 10K de Aranjuez (16 de Diciembre), a ver si llegamos con ese puntito… pero siempre, pensando en el verdadero objetivo, el Maratón de Tokio el 3 de Marzo.



Después de Aranjuez os cuento como ha ido la “cosa”. Un abrazo !!!

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