De nuevo por aquí
amigos:
En esta ocasión con
una “sorpresa/locura” que me dio por hacer y que sin duda fue el punto de
inicio de un pequeño “calvario” deportivo.
Como ya todos conocéis
de mi anterior entrada, el “batacazo” de Londres en mi distancia preferida y en
otros tiempos muy controlada, me había hecho perder bastante confianza desde el
punto de vista mental… por lo que como cada uno somos como somos y afrontamos
las cosas a nuestro modo, pues aprovechando los patines de Ester en Vitoria
(que luego os cuento), pues también “caímos” en el evento que con todo ello
organiza Martín Fiz y Vitoria.
Previamente,
aprovechando unos días pendientes de vacaciones aún de 2016, hacemos una parada
de un par de día en Santander, donde además de descansar,
también nos traemos el correspondiente “track” y el primer rodaje de Ester tras
tres semanas de lesión…
Y por supuesto, también
nos trajimos las correspondiente catas gastronómicas y algún que otro
caprichillo que se le dio al cuerpo, sobre todo en el Restaurante "El Cazurro", en la Playa de Arnía, espectacular sitio, por vistas y por "tenedor".
Y una copita luego en "Buenas Noches Santander" |
Tras este paso por
Cantabria (lo que disfruta uno en el Norte…), nos encaminamos el sábado a
Vitoria, con un plan desde luego muy distinto al previsto inicialmente.
Ester haría el
Maratón por patines y para mí, la idea inicial después de Londres, era hacer el
10K en Vitoria y poner fin a la temporada, descansando y pensando
posteriormente en preparar con tranquilidad Berlín.
Pues bien, como ya
he anticipado al principio de la entrada, y desoyendo a todas las personas que
me aprecian, consecuencia del batacazo londinense, decido irrazonablemente cambiar
la inscripción y hacer el maratón.
Es cierto que el
año pasado corrí dos maratones en tres semanas, Madrid y el propio Vitoria,
pero estábamos a otras alturas del macrociclo, y salieron dos muy buenos
maratones… pero este año la situación era muy distinta, me plantaba en Vitoria
tras algo más de 10 meses en los que había corrido más de 3.500 kms y con el
cuerpo pidiendo el descanso que le correspondía.
Lo cierto es que
las tres semanas entre Londres y Vitoria los pulsos estaban altos, la
recuperación entre entrenamiento no era la adecuada, y todo mi entorno me decía
que no lo veía, pero… uno a veces inexplicablemente llama a “las puertas del
infierno”, como decía un amigo gran corredor de montaña del que hace tiempo que
no sé… (un abrazo desde aquí).
A pesar de todo,
allí me planto en Vitoria, como decía, sin ningún objetivo más que demostrarme
(a estas alturas…) que puedo con la distancia y bajo la premisa (que si
cumplí), de quitar el tiempo del Garmin y correr donde fuera cómodo por
sensaciones y hasta meta, a ciegas con el crono.
Recogiendo el dorsal |
Desde el punto de
vista deportivo, poco tengo que contar de esta carrera, en la que a posteriori,
y tras todo lo sucedido que iré contando en esta entrada, desde luego no estoy para
nada orgulloso.
El circuito lo
conocía del año anterior, y todo lo demás era correr por sensaciones… Es cierto
que en ningún momento sufrí más de lo debido, es cierto que el día era un poco
raro para correr porque hacía viento pero al mismo tiempo bastante calor, y es
cierto que aproveche este maratón para tratar de disfrutar y hacer lo que no
suelo hacer las veces que voy “a cuchillo”, que es parar y dar un beso a Ester
las dos veces que me vio en el recorrido, por a pesar de todo, acompañarme y
estar allí en algo que en esta ocasión, ella tampoco veía.
En busca del primer beso |
Y del segundo... |
Crucé la Media
Maratón en 1H25’ y la segunda Media, fruto del calor de la última hora y del aire
en contra del 35 al 40, levanté un poco el pie porque como he dicho, no quería
sufrir ni un gramo más de lo debido, en 1H28, para un total de 2H53’12”.
Obviamente, no son
mis tiempos, y no era el objetivo, para nada, y uno ahora, con perspectiva, rápidamente
se da cuenta de que no debía haber corrido este maratón.
Las sensaciones al
llegar a meta fueron muy distintas… me sentí como… “otra más… ni fú ni fá”,
porque no es lo que me gusta hacer en un maratón… no se “entrenar con un
dorsal”… si me pongo un dorsal, es para competir… y corrí un maratón sin más,
para buscando una cosa… y empezando a encontrar otra muy distinta.
Sensaciones muy
distintas a las del año anterior, donde sin demasiados apuros y controlando de
inicio a fin la carrera, hice un 2H43, y como digo, dejando gasolina en el
depósito.
El pulso, en cuanto
lo vi tras la carrera, era alto para haber corrido a esos ritmos, y aunque cómodo
aparentemente… era el mismo pulso que el del año pasado pero haciendo 10’ más…
(significativo… algo nos estaba diciendo el cuerpo…).
Tuve mucho tiempo
“a tiro” a un corredor llamado Rubén, del que luego me he hecho amigo (un
abrazo grande desde aquí), y ni siquiera tuve ganas de apretar para cogerle e
ir juntos o simplemente de competir (aunque ahora ya sabemos quién somos y nos
conocemos personalmente).
Una vez sabido que
se quedó a escasos segundos de su MMP, me da rabia no haberlo sabido antes y
haber apretado, para entre los dos, haber conseguido su MMP. Lo tiene en las
piernas, lo conseguirá no tardando. Seguro!!!
Nada más acabar la
carrera, hago algo que nunca hago… que es pasar por el servicio de fisioterapia
que suelen ofrecer casi todas las carreras, pues sin duda, he acabado con las
lumbares bastante cargadas, cuando me quedo frio, noto bastante molestia por la
zona, cuestión que corrobora el propio fisio que me atiende… “tienes la zona
lumbar un pelín tocada…” Una señal más de que en este caso concreto, me sobraba
este maratón…
A uno no le
importan los cajones, gusta llevar una copa a casa de vez en cuando, claro que sí,
pero no corre por ello, pero cuando vi las clasificaciones del 10K, rápidamente
vi que habiendo estado a mi nivel en esa distancia, que era posible en un 10K
que hubiera finalizado la temporada, habría quedado seguramente el segundo y
hubiera compartido podio con un tal Martín Fiz…
En fin, a veces el propio destino parece que te sigue dando señales de
que te estás equivocando…
Pero más allá de mi
maratón, no todo fue malo, o mejor dicho, si en lo que a mi refiere, pero no si
hablamos del viaje a Vitoria en global.
Apenas un par de
horas después de finalizar mi “cabezonada”, comenzaba el maratón de patines,
que era el motivo principal por el cual habíamos ido a Vitoria…
La verdad que en
este sentido, Ester no había tenido mucha suerte, pues a tres semanas del
maratón, se hacia un esguince en el ligamento lateral interno de su rodilla.
A Ester la
prohibieron patinar durante dos semanas, pudiendo hacer en este periodo solo
natación y algo de bici en rodillo, nunca en ruta. Sólo pudo patinar para
probarse, en esas tres semanas, en Santander, en la foto que anteriormente os
he mostrado.
Pero bueno, ya sabéis
como somos los maratonianos, sea en la modalidad que sea…. Lo que el sábado al
llegar a Vitoria era un “voy a tirar de mis compañeros 14-15 kms”, por la
tarde-noche se fue convirtiendo en un “voy a intentar tirar de ellos un par de
vueltas a ver si aguanto… (27-28 kms)… y obviamente, cuando antes de salir la
decía que cuidadito y que disfrutara… su respuesta se convirtió en un… “voy a
intentarlo”….
Vamos… nada que no
me sorprendiera… yo personalmente, tenía la evolución más que clara…
Pues nada…
cuidadito con la rodilla… y SUERTE!!
Pues bien, en un
caso de tapering digno de estudiar (3 semanas prácticamente parada), los pasos
por los parciales no dejaban de sorprendernos… ¿será capaz de aguantar hasta el
final…?,
Y no parecía sufrir mucho... |
Pues si amigos sí, aguanto hasta el final y no sólo eso, sino que se
marcó una MMP, bajando su marca en 6 minutos, pasando del 2H07’ del año pasado,
al 2H01’ de este año…
Y despues de los 42K, parece que tampoco!! |
Como decía, a ver quién es el valiente que se atreve a probar un tapering así… toca estudiarlo, jejeje.
Aunque como he
dicho, no estoy muy orgulloso en lo que a mí se refiere, como he comentado y
voy a comentar, si estaba muy orgulloso de la gesta de Ester, y nos dio por
repetir foto en el mismo sitio del año pasado con la medalla. El año pasado
ambos triunfadores, este año sólo ella y yo cometiendo un gran error…
El año de las cosas bien hechas - 2016 |
Y el de las cosas a no apuntar (por mi parte) - 2017 |
Además de la
carrera de Ester, por supuesto Vitoria es una ciudad que merece la pena y
siempre te deja la oportunidad de disfrutar de sus pintxos y su gastronomía,
como la gran mayoría del Norte del país.
Volviendo ahora a
lo que es “mi running”, tras salir de Vitoria como salí, no sólo no paré, que
era lo hubiera correspondido después del 10K que debería haber hecho tres semanas
después de un maratón, sino que, además de no hacer ese 10K y hacer el maratón,
decidí estirar el chicle hasta otro 10K en Madrid dos semanas después… (porque
ya voy a parar luego…).
Mi cuerpo mostraba
además de molestias, claros síntomas de sobre entrenamiento (lumbares tocadas,
pulso elevadísimo en los entrenos, recuperación deficiente de los entrenos e
incluso algo de fatiga en algún entrenamiento)... pero, inexplicablemente, como
comentaba anteriormente, mi cabeza, aún no sé por qué, se seguía empeñando en
no escuchar a mi cuerpo y estirar otro poco el chicle hasta la carrera Liberty
el 28 de Mayo (porque ya voy a parar luego…).
Era consciente de
que no me aportaba nada, que no iba a hacer marca en 10K ni de lejos, que por
mucho que me emperrara tampoco iba a darse la supercompensación para un 10k en
esta situación, pero decidí tirar…
Cada entreno, lo
disfrutaba dentro de lo que era el entreno, pero había ritmos que costaban una
barbaridad, y luego, problemas en las lumbares, cada día más, recuperación
defectuosa, etc… lo comentado.
Los dos últimos
entrenamientos antes de la Liberty, realizado el jueves 25 y el sábado 27 de
Mayo, ya el cuerpo me avisaba a gritos con las lumbares… incluso el sábado,
después de entrenar, andaba pelín cojillo durante todo el día… (“no pasa nada
Álvaro… ya después de la Liberty, vas a parar”…).
El día de la
Liberty cometo ya el último de esta interminable cadena de errores.
Preparándome para calentar con mi buen amigo Dabe, me doy crema en la zona como
nunca, como si se fuera a acabar, y le digo que espero que se caliente bien
porque ahora mismo “me molesta hasta al andar” (pero como voy a parar…).
En el calentamiento
nos unimos a mis amigos Charly, Patxi y Potro; y Potro (perro viejo y muy
sabio) me levanta la voz de alarma…
-
¿Qué
te pasa Álvaro? Calientas medio raro.
-
Tengo
la espalda pelín tocada, a ver si se calienta… (pero como voy a parar…)
-
Te
está avisando el cuerpo ya hace unas semanas… Para de una vez!!
-
Si
Potro, este 10K y paro.
-
¿Te
acuerdas del “cobrador del frac” del que te hablaba cuando empezaste a
correr?...
Hay un momento en
el calentamiento en el que llego a pensar “no salgo”, y así se lo digo a mis
amigos… pero a base de estiramientos y un par de progresiones la zona se
calienta… “Voy a correrla, a lo que salga” (porque como voy a parar luego…).
Cagada tras cagada…!!!!
La carrera en sí,
para como estaba no puedo ni quejarme. A los 500 metros una vez calienta bien
la zona afectada, empiezo a coger ritmo de cierta alegría y coincido con
nuestra corredora “forera” americana, Cidney. Intercambiamos unas palabras.
-
Cidney!!
Qué tal? A cuanto vas?
-
Quería
hacer 37’.
-
Agárrate
a mi (puff, me parece un mundo hacer 37 en mi estado, pero vamos a intentarlo).
-
Tú,
qué tal?
-
Estoy
fundido Cidney, el cuerpo me lleva pidiendo parar unas semanas… después de esto
paro.
A partir de ahí, la
carrera no tiene mucha más historia. Los dos primeros kms desde Goya a Cibeles
son favorables y vas con el freno un poco echado, porque luego tienes que subir
desde Cibeles hasta el Bernabéu. Durante todo ese tramo Cidney va a rueda, pero
hay un momento en que poco antes de llegar al Bernabéu, ella no va para el
ritmo marcado.
No es necesario
hablar, ya nos conocemos en este mundo, es mejor ir cada uno a lo suyo, porque
por mi parte la estaría marcando un ritmo inadecuado para el día que ella tiene
hoy corriendo, y por su parte, sólo puede implicar sufrimiento (finalmente bajará
de 39’ ella, que en categoría femenina es un tiempazo).
Después del
Bernabéu viene la dura subida a Concha Espina, que salvas como puedes, y a partir
de ahí, a tirarse a cañón Príncipe de Vergara hacia abajo.
Ya voy viendo que
la previsión es hacer alrededor de 37… y así se cumple más o menos cuando acabo
Príncipe de Vergara y enfoco los últimos 400 metros ascendentes de la Calle
Goya…
Apretando, podría
haber bajado unos segundos el tiempo, pero es como ver el arco y como que mi
subconsciente dijera… “Se acabó, ya vas a descansar!!!”
Finalmente un 37:00
en una carrera que sí, tiene cierta exigencia, no lo vamos a negar y además
hizo calor, pero que es un tiempo que no me deja ni fú ni fa, pues normalmente
me movía en otros registros en esta distancia…
Pero amigos, como
venís deduciendo ya imagino desde unos párrafos atrás, el daño estaba hecho,
desde hace tiempo… pero yo no me estaba dando cuenta… no estaba sabiendo
escuchar a mi cuerpo… (porque como iba a parar…)
El mismo lunes 29
ya me tocaba ir al fisio, puesto que la cojera por la mañana era más que
sensible… pero a diferencia de otras ocasiones, no salía del fisio del todo “cómodo”.
Bueno, tenía dos
semanas por delante en las que con el descanso adecuado todo volvería a su
sitio…
Como dicen que la
natación es buena para la espalda, hice un par de días natación suave, pero
seguía sin tener fina la zona y sin notar excesiva recuperación.
Volví al fisio el
siguiente lunes, el 5 de Junio, y todo parecía ir mejor tras el descanso en
seco de todo el fin de semana, pero el martes por la noche, la piscina no me
sentó bien.
Quise probar que la
recuperación era correcta haciendo un 1.500 nadando sin parar… Otro error más
al saco… Misma postura, mucho tiempo seguido y en una zona donde no
precisamente descansa a estilo crowl… y ligerito… nada de tonterías!!! (otra
cagada más al saco…).
“Nene, a parar en
seco hasta el lunes 12 que corras y vuelvas a los entrenamientos como tenías
pensado”
El sábado, en ese día
semanal que el Míster permite en periodos de descanso, aparentemente sin
molestias, salí a rodar 30’ a ver si todo estaba bien y en su sitio.
Aparentemente, todo
estaba bien, acabé el rodaje, estiré, pero cuando me enfrié tenía ciertas
molestias… “Bueno, lo normal, esto es hasta que el cuerpo se active y se
fortalezca la zona que quedó dañada antes del parón”…
Pues no, el domingo
11 estaba chunguillo, no caminaba cómodo del todo… Estiré mucho toda la zona y
parecía que todo quedaba en orden para comenzar con la rutina de entrenamientos
de nuevo el lunes 12 de Junio…
Pues bien, el lunes
12 de Junio, tras 10 kms suaves… cuando me enfríe, apenas me dio tiempo a
estirar… era el colofón a un cúmulo de cosas mal hechas, descanso incluido, y
que remataban con un estacazo del que no me podía ni mover. Como se dice
coloquialmente en estos casos, “me quedé en el sitio, tieso, seco”.
Es tal el estacazo
sentido (nunca noté algo así), que llegué a pensar en algo grave.
Por suerte y por
supuesto, gracias a la rápida acción de Ester, que me está cuidando mucho, las
pruebas, traumatólogos y demás parecen decir que no hay lesión grave (hernia o
protusión), pero lo que había es una sobrecarga no curada ni descansada que
acabó en una contractura fortísima en la lumbares…
El resultado está
siendo mucho fisio, mucho estiramiento, medicación y cero correr durante un par
de semanas. Estas son las consecuencias de aquello que empezó en el momento que
decidí correr Vitoria y todo lo que vino después.
Ahora, si todo va
bien y no hay recaídas, me he quedado con apenas 13 semanas para preparar el
Maratón de Berlín, en donde, si bien no iba con objetivo, siempre gusta hacerlo
bien.
Partiré cuando
empiece de muy abajo, va a tocar picar “mucha piedra”, pero espero tener
continuidad y estar recuperando bien de esta mi primera lesión en 6 años.
Nunca había estado
4 semanas parado, y por no hacer las cosas bien, por no escuchar al cuerpo, me
ha tocado para más de lo deseado (y ojalá queden en cuatro…).
Ahora sí, he
cumplido en estas dos semanas todo lo que me mandaron los traumatólogos y
fisios y aunque tengo más miedo que vergüenza, porque tengo que recuperar la
confianza corriendo de que la zona está bien, y eso no es fácil tampoco, he
sido bueno para, espero, haberme curado y correr en verano con garantías…
El lunes 12 veremos
si es verdad que todo está en orden… Y si no me veo… no saldré y esperaré…
aunque no sé hasta qué punto, teniendo luz verde, debo también tener miedo y
atrofiarme… entiendo que tampoco será bueno…
Como habéis notado,
esta entrada, a diferencia de otras, es una entrada un poco distinta, puesto
que mi papel en las carreras o los entrenos ha pasado un poco a un segundo
plano.
He estado mucho
tiempo sin aparecer, quizás porque más allá de mi carga laboral hoy en día,
hasta mi propia cabeza me estaba avisando de que necesitaba descansar hasta de
estas líneas, pero no escuche.
El hecho de que
vuelva a escribir ya es una buena señal, de descanso al menos, y como decía, es
una entrada un poco distinta, porque este blog, más allá de contar lo mal o
bien que corro, lo mal o bien que entreno, las marcas que hago o no hago, o los
pódiums o trofeos que consigo o no consigo; también es un blog tiene un poco
vocación de contar mis experiencias por si a alguien puede ayudar, orientar o
simplemente proporcionar alguna idea en “este nuestro mundillo”.
Y el mensaje que
quiero transmitir con esta entrada es que DEBEMOS SABER ESCUCHAR A NUESTRO
CUERPO.
Es un error que no
he cometido jamás en mis casi 6 años de corredor, pero que he cometido esta vez
y lo estoy pagando caro… No tanto por el tipo de lesión, que una lesión de un
mes (espero) y puede “llevarse”, sino por lo que ese tiempo implica de no poder
hacer lo que nos gusta, y cuando lo hagamos, hacerlo sin dolor y disfrutando.
En cualquier otro
momento de lucidez y de no obcecación, con una temporada de más de 10 meses y más
de 3.500 kms como decía, debería haber recapacitado y haber pensado que a
Londres iba en un estado de forma muy muy bueno, pero que no salió el día,
punto, haber ido descargando de kms un par de semanas, un 10K y parar…
A estas alturas
creo que no tengo que demostrar nada en la distancia ya, he bajado en Maratón 7
veces de 2:45, tengo un 2:38, un 2:40, un 2:41… ya saldrá otra vez… que
necesidad tenia de ir a Vitoria?? Y menos aún de hacer luego otro 10K…?? NINGUNA!!!
Si no lo hubiera
hecho, seguramente ahora estaría entrenando con mucha fuerza y energía… Es el
tributo que debo pagar.
En fin amigos, no
me gusta mucho dar consejos porque me parece en cierta manera “prepotente”,
pero esta vez si me lo permito… ESCUCHAD POR FAVOR AL CUERPO… Cuando empieza a
dar síntomas, se le puede tensar una semana o 10 días, pero más de un mes como
he hecho yo, NO, porque lo pagas con otro mes en el “dique seco”.
Obviamente, como
todos sabéis y ya he comentado en otras entradas, adoro este deporte, no
concibo a día de hoy mi vida sin correr, y como dice AupaNacho y compartimos
frase, “Si no corro, no soy yo”, por lo que con el objeto de poder correr
muchos muchos años, y con el deseo de hacerlo sin lesiones (como había sucedido
hasta ahora), esta lesión me ha hecho tomar varias decisiones cara al futuro
que seguramente cumpla:
- Es
bastante probable que reduzca mis maratones a dos al año. Prepararé bien esas
dos maratones, dándolo todo en ellas, pero no parece que sea lo más adecuado ya
coleccionar un maratón tras otro.
Creo que esa época
ya la cumplí, y quizás, pueda incluso estar ahí la clave de que últimamente no
haya conseguido bajar o acercarme a mi marca en la distancia.
Un maratón en
primavera y otro en otoño aproximadamente será suficiente.
Siempre va a ser mi
distancia prefererida, por ello precisamente quiero que los que haga, se hagan
bien…
- Por
otro lado, el planteamiento de mis temporadas va a ser distinto, como podéis
deducir de la conclusión anterior, la mitad de la temporada estará dedicada a
preparar maratón, pero la otra mitad, se trabajará en distancias menores (10K,
21K, Cross e incluso otras distancias…), pues me permitirá también ganar
velocidad y fuerza que me podrá venir en mi distancia preferida, a la que
llegaré también con más ganas, con más “hambre”.
- Por
último, hay que escuchar al cuerpo, como ya he comprobado en propias carnes
este año y por la curva de rendimiento del año pasado…
Mi cuerpo tiene
macrociclos (temporadas) que aguanta alrededor de 3.200 – 3.300 kms… pasada
esta cifra, mi cuerpo empieza a sufrir… por lo que ya sé que más de 10 meses
seguidos no puedo estar apretando sin hacer el necesario parón para descansar
de 18-20 días…
O incluso me he planteado con el Míster la posibilidad
de realizar al año dos ciclos más cortos de 6 meses con periodos de descanso
entre ellos de 12-14 días…
He tardado como
decía 6 años en lesionarme, y por supuesto hay lesiones y muchas cosas peores
en la vida, sin duda, pero he aprendido bien la lección y como ya he dicho,
quiero correr muchos años, y a ser posible, si la salud permite, me gustaría
mantener el nivel que conseguí, por lo que amigos… os dejo de nuevo el consejo…
ESCUCHEMOS AL CUERPO Y ESTRUCTUREMOS NUESTRAS TEMPORADAS PENSANDO EN ÉL
(descansos de temporada, semanas de descarga, semanas de carga, ciclos de
volumen, ciclos de intensidad…).
En fin amigos…
estamos a poco más de 13 semanas, llevo 4 parado y con dudas ahora mismo de si
el 26 de Junio podré empezar a entrenar… ¿podremos repetir esta foto con
posibilidades de hacer una carrera digna…?
Lo veo tan lejos... |
Veremos que dice precisamente el cuerpo, y la espalda más en concreto… Os iré contando. Recuperamos este “libro digital” con un único mensaje en mente, es lo que me queda como esperanza y lema para luchar porque todo vaya bien... no termino de tenerlas todas conmigo...
Un abrazo grande a
todos.
No puedes obsesionarte en marcas, no somos profesionales. CORRE PARA DISFRUTAR!!!! Tienes unas marcas que ya quisiéramos el 95% de la gente. Tan importante es el entrenamiento como el descanso para asimilar el trabajo, estás cayendo en errores de principiante y es un fallo muy grave en una persona de tu experiencia. Me sabe mal estar echándote la bronca pero, es lo que te mereces. VUELVE A TUS ORIGENES!!! El reloj es un error en el que ni debes ni puedes caer. A día de hoy, no estás disfrutando sino sufriendo y ésto es un hobbie. Álvaro, si sale genial y si no, también genial. Lo único importante es disfrutar y, a día de hoy, sabes que estás sufriendo.
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