Muy buenas;
Pues ya de vuelta de la aventura
japonesa. La verdad que ha sido una aventura que ha merecido la pena en todos
los sentidos, no sólo por haberse traído uno de los objetivos del viaje, la
Maratón de Tokyo.
Decidimos viajar a Japón el
miércoles 27 de febrero. El viaje nos tendría por el aire cinco horas de Madrid
a Helsinki, con dos horas de escala en Helsinki y luego otras ocho horas de Helsinki
a Tokyo.
Empezando la aventura. Con las pantallas preparadas para entretenerse
tantas horas
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El viaje empieza bien, pues en el mismo vuelo, viajaba el mítico Pedro Delgado. Nada más bajar del avión en Helsinki, uno no pierde la oportunidad de hacerse la foto con un deportista con muchísimo carisma para la gente de nuestra generación.
Con el ganador de un Tour de Francia
y dos Vueltas a España. Super simpático !!
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El jueves a primerísima hora de la mañana estábamos en Japón. El objetivo era dormir allí al menos tres noches antes de la carrera. Es un jet lag distinto al de Estados Unidos (donde “ganas” horas). Aquí las “pierdes” al ir, por lo que con tres noches había más tiempo para adaptarse a posibles problemas de “jet lag”.
Obviamente, en un viaje así, no
vas a “perder” tres días hasta la carrera sin hacer nada, por lo que turismo se
hizo y bien, jeje, jueves y viernes sin problemas y el sábado, también sin
problemas, aunque cogiendo mucho más metro y andando menos para evitar meter
“pasos” de más. Creo que gestionamos muy bien esos tres días para no perder nada
de turismo y no cansarme en exceso.
Ya en lo deportivo, el mismo jueves
aprovechamos para ir a la Feria del Corredor a recoger el dorsal y “quitárnoslo
del medio”. La Feria del Corredor está en una pequeña “isla” que que tienen en
Tokyo que se llama Odaiba, que hay que ir a ver, y así matábamos dos pájaros de
un tiro.
Lo que es el momento del dorsal y
la feria nos llovió mucho, pero luego pudimos ver la Isla de Odaiba ya sin
agua.
La verdad que pasamos un buen rato
en la Feria, madre mía la de cosas que dan los japoneses…, parece un auténtico
bazar.
Señalando las dos que me faltaban en ese momento |
Típica foto en la feria con el dorsal |
"Frikismo japones". Te mezclan
los comecocos y videjuegos con
el Maratón en una botella, jaja
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El último entreno previo al
maratón lo realicé ya en Tokyo, a primera hora de la mañana del viernes, antes de irnos de turismo. Un entreno de 6
kms en un parque cercano al hotel y que nos dejaba unos números buenos.
A diferencia de otras maratones,
las dos semanas previas a este maratón de Tokyo, los ratio pulso/ritmo, así
como los datos de VO2 han ido a mejor, lo cual me hacía pensar que llegaba en
tendencia ascendente y me daba cierta confianza.
Tras dormir estupendamente bien
tanto del miércoles al jueves en el avión, como del jueves al viernes y del
viernes al sábado ya en el hotel de Tokyo, la noche del sábado al domingo, fue
una auténtica “lucha”.
La verdad que yo no me eché
nervioso, para nada, ni presionado por objetivo alguno, a lo que uno sumaba ya
la experiencia de 26 maratones y saber a lo que se enfrenta… pero… no hubo
manera de dormir como los días y semanas anteriores… Apenas dormí cuatro horas
en total y con muchos “cortes” en esas horas… pero bueno, dicen que si has
dormido bien las noches anteriores, no importa tanto que no duermas bien la
noche previa al maratón.
El domingo llega el momento de la
verdad.
Tras analizar rápidamente como
llegar a la salida el sábado por la noche, decido aprovechar el bono de Metro
para 24 horas que la Organización regala a los corredores (este bono cuesta el
resto de los días alrededor de 5 euros) y desplazarme a la salida en Metro (me
valdrá también para hacer turismo la tarde después de la carrera, jeje). Serán hasta la salida apenas 20 minutos y unas 9-10 paradas.
El bono diario de Metro de Tokyo que
regala la Organización a los corredores
(y personalizado con la carrera!!).
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Al final, cuando voy camino del hotel
al metro, el día parece relativamente bueno para correr. Aunque la temperatura
es fría, no llueve y no corre mucho aire.
Con esas me meto “bajo tierra”.
Cuando aparezco en la zona del Ayuntamiento de Tokyo, desde donde se toma la
salida, el panorama es algo distinto… ha roto a llover y se está levantando
algo de aire… Si a ello le unes la temperatura fría, la sensación de frío es
mayor…
Por suerte, el día anterior se me
ocurrió comprar (en uno de los miles de 7Eleven que hay en Tokyo) un
chubasquero, que me protegió bastante hasta el momento de la salida,
primeramente en la cola de los baños para la “liberación previa” (baños
bastante bien organizados) y, posteriormente, ya en mi cajón.
Bonito momento el de entrar al cajón
semiélite al que tenía acceso por ser uno de los 150 corredores de fuera de
Japón en haber acreditado Sub 2:45 el año anterior. Recordé en ese momento el día en que
se lanzó con apenas 10 semanas de entrenos a por esta clasificación tras mis fuertes
problemas de espalda, en Berlín 2017, y le recorren los escalofríos y la emoción
por todo el cuerpo.
La pulsera azul, junto con la propia del Maratón, que nos identificaba |
La verdad que luego ya una vez dentro
del cajón de salida, antes del pistoletazo, fue casi mi peor momento de la
carrera… porque no para llover cada vez más y más… el chubasquero tapa el
cuerpo y quita algo el frío… pero las zapatillas están totalmente encharcadas y
aún quedan unos minutos para tomar la salida… estoy deseando ponerme a correr
para que se pase el frío, pero al mismo tiempo, las zapas ya están como dos
esponjas y, cuando me quite el chubasquero, voy a empezar a empapar agua que no
veas… en fin, “ralladas” y sensaciones previas al pistoletazo de salida…
A las 9:10 (puntualidad japonesa
mediante) se da la salida de este Maratón de Tokyo, (38.000 "locos" dispuesto a
plantear batalla), con una explosión de confetis brutal, casi no se ve y
algunos confetis con el agua se pegan a la cara e incluso a la pantalla del
Garmin… pasas unos metros quitando papelitos, jejej.
Mi idea (teniendo en cuenta que la
distancia en algunas de las últimas ocasiones, por lesiones previas o por otros
motivos, no me ha tratado adecuadamente, y que visto el día, no va a estar para
muchas “florituras”) es salir a 4:00/km o un pelín por debajo y decidir en
carrera, hacia el km. 35 o así, si voy bien y el día mejora, si aprieto un poco más
o no. La planteo como una carrera para aumentar de nuevo la confianza en esta
distancia y volver a manejarla como supe manejarla tanto tiempo.
Me voy entreteniendo jugando a las
“matemáticas” con los kms… es decir, si quiero ir a 4 (o pelín por debajo), el
km.1 lo tengo que pasar en 4, el 2 en 8, el 3 en 12…
Que lo paso en 3:58… (pues +2),
que el siguiente lo paso en 3:57 (pues 2+3 = +5)… y así sucesivamente.
La verdad que con este jueguecito
(y supongo que, sobre todo, las buenas sensaciones durante toda la carrera), me
fui comiendo la carrera casi sin darme cuenta.
La carrera tarda en “en soltar” un
poco… los japos corren un montón y en los grupos delanteros somos gente para
aburrir…, pero bueno, se puede correr bien.
La verdad que no voy muy
preocupado de si cojo grupos concretos o no, va habiendo varios y al principio vas
entrando y saliendo en unos u otros sin mayores problemas por lo comentado
anteriormente.
Las sensaciones hasta el km.10 son
las típicas en mi caso… sensación de que vas bien, cómodo, aunque con esa
sensación de que las piernas no han soltado del todo, que normalmente se suele
producir a partir de ese momento.
Disfruto a pesar de la intensa lluvia
y el frío, que no pararon en ningún momento y, en algún momento, también un
poco de aire, aunque este último “soportable”.
En el km. 10 veo a Ester, lo cual
siempre es un soplo de aire para continuar adelante (no la veré más en
carrera…).
Pasando las alfombras del 10K |
A partir del km. 10, me meto en un
grupete que va comandando un corredor español (la bandera de España en la parte
trasera de su camiseta le delata).
Tiene muy buena planta y técnica y
la verdad que lleva un ritmo idóneo para la idea de carrera que me había
planteado en la línea de salida por las circunstancias climatológicas.
Cuando me pongo prácticamente a su
par, veo que es un corredor que estaba en la misma fila que yo en el avión,
pero al otro lado del pasillo. Se llama Suso.
Decido quedarme ahí, en el grupo
que el comanda.
Un par de instantáneas comandados por Suso. |
Así, entre lo cómodo que me sentía
en ese grupo y el “jueguecito” de ir sumando segundos de ventaja cada km… no me
entero de cómo caen los kms…
En el Km.15, pasando por Asakusa y la famosa puerta de
Kaminarimon (puerta de los truenos)
|
Continuamos en buena armonía y
llegamos al giro previo al paso por la Media Maratón, donde sigo disfrutando de
excelentes sensaciones.
Paso la Media en 1:23 largos. El
pulso va muy bajo, lo cual me hace coger un más de confianza. Nos hemos
merendado media carrera y los ratios que arrojan las pantallas del Garmin son
excelentes.
Girando antes de encaminarnos al paso de
la Media e informando con mi brazo derecho
a los corredores de la "piscina" que había en ese lado
|
Tras el giro y el paso de la
Media, volvemos por la misma avenida en sentido contrario y decido ahora
comandar.
No soy yo (para nada) un corredor
que le guste aprovecharse eternamente del trabajo de otros y paso a tirar del
grupo (que cada vez somos menos) y que sobre todo el compatriota Suso pueda
ahora beneficiarse de mi trabajo.
Sigo con mi jueguecito de los
segundos, acumulando poco a poco en la hucha, entre charco y charco, entre
cartel y cartel, y así llegamos, con idénticas sensaciones pero más empapados, prácticamente
al km. 30 de carrera, donde atravesamos la zona comercial de “mucho billete” de
Tokyo, la parte de Ginza, donde están las tiendas caras que en NYC te
encuentras en la Quinta Avenida, por ejemplo.
Ester en la zona el día anterior.
Esto te lo dejan solito para correr y es un lujo.
|
La verdad que es una pasada cruzar
esa zona reservada hoy sólo para los maratonianos…
Aunque ya habíamos intercambiado
algunas frases y conversaciones, entablo ahí la conversación más larga con
Suso.
Me dice que voy como una “rosa”…
Es cierto que estar a estas alturas con tan buenas sensaciones, me hace ser muy
optimista respecto a las últimas ocasiones y el pulso, sigue siendo excelente,
pero le digo que aún hay que ser cauto, que queda mucho.
“Ya lo tienes hecho” me dice. “Lo
tenemos”, le digo yo… “pégate y vamos juntos…”.
Ahí me dice que lleva varias
semanas donde cada día que sale a correr es un auténtico suplicio para él, que
ha estado con problemas y que no termina de recuperarse…
Yo sigo al ritmo y si no puede
seguir, acordamos vernos en meta y darnos el contacto, puesto que él también
tiene intención de ir a “rematar” a Boston (lo cierto es que luego, con la que
caía también en meta y las tiendas de campaña grandes para cambiarse, aunque lo
busqué, no pudimos coincidir, imposible encontrarlo… espero que me pueda leer y
pueda contactar con él, buen tipo!!).
Sigo adelante clavando ritmos y
así pasamos otro 5.000 más hasta llegar al km. 35… El pulso sigue siendo
excelente…
Es el momento de decidir si darle
un puntito más esos 7 kms a meta o mantener y dejarse llevar…
Mi cabeza rápidamente valora
varios factores (el principal, que el tiempo desde luego no ha ido a mejor) y la decisión es pegarme un “Amarrategui” en
toda regla, un Fabio Capello en fútbol o un Messina en baloncesto…
conservadurismo total… Cattenaccio puro y duro, jaja!!.
El día ha sido “perro” donde los
haya, frío, viento en algunos momentos, mucha lluvia…
Todos sabemos que en estas
situaciones las musculaturas sufren mucho más, los músculos tienen más tendencia
al acortamiento… y yo ahora mismo, estoy metido de lleno en el objetivo de
intentar en seis semanas, cerrar si todo va bien, el Circuito Majors…
Apretar para intentar bajar de
2:45, o quedarme en 2:45 altos, 2:46… no le veo sentido… Boston está ahí…
Decido disfrutar, incluso levantar
ligeramente el pie y empezar a chocar con niños y esas cosas… A pesar de ello,
como podréis ver luego en mis parciales y la posición en cada uno de ellos, está
claro que las condiciones están haciendo dura la carrera a los corredores también
en nuestros ritmos… no paro de adelantar gente a pesar de levantar ligeramente
el pie.
El último km. ya tranquilamente
por una calle con adoquinado para, al final, girar a la izquierda y encarar, con
el edificio de Tokyo Station a nuestras espaldas, vigilando nuestras llegadas,
la meta final con una sensación, esta vez sí, de mucha satisfacción.
Satisfacción lo primero por meter
la 5ª Grande en el bolsillo (y 27ª maratón), satisfacción porque había para más
y esto es un saco de confianza para próximos retos en la distancia y, satisfacción
por seguir cumpliendo sueños.
Entro en meta, tras mi beso
habitual a la pulsera, indicando esa 5ª Major que se incorpora al palmarés y
chupándome el dedo para dedicarle este “Repoker de Grandes” a mi sobrino Marco,
de poco más de dos meses el día de la carrera (mi sobrino mayor Víctor se llevó
la dedicatoria de New York y el pequeño se lleva la de Tokyo).
El resultado final es de 2H47,
pero con unos números que demuestran que estamos en muy buen camino para, o con
otras circunstancias de carrera, o en un futuro, volver a retomar intentos de
grandes gestas.
Hacer 42,2 kms a 3:58/km, con un
pulso medio de 155 ppm y sin pasar de 164 ppm y, por lo tanto, sin tocar mi
umbral anaeróbico, a mi me dice mucho.
En cuanto a parciales, pues como anticipaba hace un momento, creo que estas dos imágenes lo dicen todo... clavando ritmos y siempre, en cada parcial, adelantando posiciones.
Rápido a por la medalla, que
siguen lloviendo mares y hace un “pelete” que no veas…
La verdad que la Organización es rápida
en meta, enseguida te dan una toalla (que es la primera vez que me la dan en 27
maratones) y luego te pone la habitual manta térmica…
Tokyo al saco !!! |
A pesar de ello y tras cambiarme,
no consigo evitar del todo entrar en una cierta hipotermia… Me llevé camiseta y
cortavientos de repuesto, pero como no contaba con ese aguacero, las mallas, calcetines
y zapatillas seguían empapados…
Dado que hasta que pude robar WiFi
en el McDonalds donde había quedado con Ester después de la carrera (obviamente
ella se llevó el WiFi Pocket que alquilamos en Japón) y nos pudimos encontrar,
pasaron unos minutos, una cierta hipotermia se apoderó de mi hasta que me
encontré con Ester.
Tardamos un poco más en
encontrarnos de lo que habíamos previsto y es que, como comentaba al principio,
sólo pudo verme en el km.10. En el Km. 22 llegué a escuchar mi nombre, pero
justo debía haber pasado cuando ella llegó a ese punto… y no nos vimos más... Ester ya fue con la lengua fuera y retraso todo el maratón, jeje.
Agradezco a Ester el enorme
esfuerzo que hizo por intentar verme en cinco puntos que ella había pensado,
pero en esta ocasión, en una ciudad tan tan grande y estando absolutamente
sola, por una vez, aunque solo sea una (jeje) me tenía que haber hecho caso.
Había un punto muy cerca de
nuestro hotel en el que apenas desplazándose 500 metros de uno a otro me
hubiera podido ver en tres sitios (kms 10, 20 y 29 aproximadamente, además de
meta) y esperar entre medias tomando tranquilamente un café… pero bueno, lo
hizo con la mejor intención, para verme más… pegándose una verdadera paliza y
al final me vio menos… y llego tarde a nuestra cita post - maraton, jaja...
Ya juntos, en el Metro de vuelta al
hotel (apenas dos paradas desde la meta), el cuerpo va recuperando el calor… Luego
una buena ducha caliente hace el resto y rápidamente a vestirse y a la zona de
Shibuya… a ver uno de los cruces más famosos del mundo y a comerme un Ramen en un
sitio recomendado que me dejó “nuevo”.
Respecto al Maratón, aunque seguro
que hay opiniones contrarias, he de decir que a mí personalmente es un Maratón
que me ha gustado mucho.
La feria – bazar (el estilo japonés)
está bien (original), el recorrido es muy bueno para correr (plano, buen asfalto),
pasa por buenas zonas de Tokyo (Ginza, Asakusa, toca algo de Akihabara, pasas
por la Torre de Tokyo, sale del ayuntamiento, acaba en Chiyoda/Tokyo Station…)
y está repleto de gente durante todo el recorrido, lo cual, a pesar del aguacero,
es de agradecer y además, los japos animan…
La Organización es perfecta, como
no podía esperar menos de los japos (cuadriculados como los alemanes, aunque en
otro estilo…), todo perfectamente controlado, avituallamientos de agua e isotónicos
amplios y perfectamente indicados cada 2,5 kms, puntos médicos y baños en
carrera para quien los necesite perfectamente indicados, frutas y geles a
partir del km. 25, toalla en meta... y lo dicho, recorrido y animación para disfrutar mucho de la carrera (creo
que conté además de la cantidad de público, unos 12 – 13 grupos de animación).
No voy a decir que al nivel de Nueva
York o Berlín, pero a mí sí me recordó en cuanto a nivel quizás a Londres…
Para mí (pero es opinión
personal), la más flojita de las cinco hasta ahora ha sido Chicago.
Completada Tokyo, el futuro a
corto plazo creo que es de sobra conocido por todos.
Decidí intentar completar el
circuito World Marathon Majors este 2019, por lo que en seis semanas (y un día,
que Boston se corre en lunes) intentaremos que todo vaya bien en Boston y a ver
si podemos completar este bonito reto y sueño deportivo.
Ya la semana siguiente al Maratón,
aún en Japón, se salió a rodar los tres días habituales post maratón que marca
el Míster, con 8, 10 y 12 kms…; y la siguiente semana (mitad
en Japón aún y mitad en España) hemos metido alguna pildorilla de calidad y
completado 65 kms.
Esta actual intentaremos ya irnos a 85 kms., creo que será la semana de más carga de kms hasta Boston, que creo que fondo ha de haber..., pero el Míster manda !!.
Esta actual intentaremos ya irnos a 85 kms., creo que será la semana de más carga de kms hasta Boston, que creo que fondo ha de haber..., pero el Míster manda !!.
Ya he corrido más veces maratones
con diferencias de 3 y 4 semanas… en esta ocasión son 6, pero dado la
importancia del objetivo buscado, la perfecta combinación en el entrenamiento
para, al mismo tiempo, recuperar bien de Tokyo y mantener un buen punto de
forma para Boston, no es cuestión fácil para el Míster, que ha de medir muy bien las cargas y los esfuerzos.
Hay que cuidar mucho la
musculatura, el descanso, la alimentación, etc… para que todo siga en orden
como parece y podamos el día 15 de abril, sin sobresaltos, cumplir este bonito
sueño.
De momento, no quiero pensar mucho
más allá de Boston, pero obviamente, si completo Boston y el circuito, no se
acaba el running ni hay un ¿ahora qué?...
Cada día adoro más este deporte, por
lo que los objetivos continuarán.
Aunque habrá que hacer 10K’s y
alguna Media, tengo claro que habrá maratón el último trimestre del año… varios
candidatos para ello (San Sebastián, Bilbao, Colonia, Budapest,…) y habrá
maratón en Primavera 2020 (Aquí los candidatos son solo Sevilla, Barcelona o
París).
En función del que elija para el último
trimestre de este año, también dependerá el de primavera de 2020, puesto que
habrá que dejar los correspondientes cuatro meses y medio o cinco entre ellos,
para recuperar bien de uno a otro.
Buscaré como veis circuitos rápidos,
puesto que el objetivo en ellos si va a ser volver a bajar de 2H40 y si se
puede, intentar ir a mi MMP de 2H38.
Tras el batacazo de la Media de Getafe,
se cambió totalmente el método de entrenamiento y sus resultados en seis-siete
semanas han sido más que evidentes.
El entreno totalmente polarizado,
algo que nunca había hecho, parece que me está sentando bastante bien y creo
que puede ser momento de intentarlo en seis meses y en un año…
Pero eso, como decía, será después.
Ahora hay que centrarse en Boston,
en jugar a un nuevo “Amarrategui” digno, en el que todo vaya bien, mi cuerpo no
de problemas y podamos colgarnos el “Rosco Mágico Soñado”, como yo lo llamo.
Eso será una aventura que ojalá os
pueda contar en cuatro semanas con un final feliz. Pongo todas las velas
posibles para ello!!.
Obviamente no fui solo a Japón a
correr. Cruzar hasta allí requiere al menos quedarse dos semanas a saborear las
maravillas de un país que tenía ganas de conocer de siempre y que, por
supuesto, no me ha defraudado para nada.
Los japoneses son un poco suyos (cuadriculados
y robóticos), pero son muy amables y serviciales, y la gastronomía… pues a mí
siempre me ha gustado y el país en sí, una maravilla que merece la pena
conocer.
Os dejo unas fotillos (no muchas
para no aburrir, que tengo más de 1.500), de lo que fue todo el viaje, en muy buena compañía, por
supuesto ;-)). Gracias Ester por acompañarme en esta bendita locura en la que
me conociste (sé que no es fácil, pero ya sabes que venía conmigo y ahí va a
estar) y en este viaje a un país que en principio no te llamaba mucho, pero que
te ha gustado.
TOKYO - El Futurismo
KYOTO - La belleza del pasado
OSAKA - Blade Runner!!
NARA - Una de las joyas
MONTE FUJI Y LOS 5 LAGOS - La
naturaleza de Japón
NIKKO - Templos más “coloridos”, nos recordó a Tailandia
Y por supuesto, GASTRONOMÍA !!!!
El Okonomiyaki, espectacular |
Unas patas de cangrejo gigante en el Mercado del Pescado de Tokyo. |
El Ramen y el Arroz Frito |
Sushi !!! |
Sopa de Tofu y Ternera con Cebollino (y arroz, claro) |
YakiSoba Y YakiTori |
Un placer contaros mis
experiencias amigos. Nos vemos pronto, ojalá que con las mejores noticias !!!.
Muchas gracias por tus palabras!. Pero, sobre todo, felicidades por ese SixStar que ya has conseguido. Fue una alegría volver a coincidir en Boston y compartir unos minutillos. No era un día fácil para correr una maratón.
ResponderEliminarMucho animo en los siguientes proyectos, a los que seguro ya estarás dando vueltas.
Ahora que veo que escribir se te da igual de bien que las Majors, te iré siguiendo.
Un abrazo
Suso